Irán suspende inspecciones internacionales tras ataques a sus instalaciones

Irán suspendió oficialmente la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), cerrando el acceso a sus instalaciones nucleares a los inspectores internacionales. La medida, anunciada este jueves por el Consejo de los Guardianes, entra en vigor tras la promulgación de una ley firmada por el presidente iraní, Masud Pezeshkian, en respuesta a los recientes ataques aéreos de Estados Unidos e Israel.
El portavoz Hadi Tahan Nazif confirmó que la nueva legislación impide al OIEA supervisar las plantas nucleares iraníes, a menos que se garantice su seguridad. Esta decisión representa un giro crucial en la ya tensa relación entre Teherán y la comunidad internacional respecto a su programa nuclear.
La medida surge tras los bombardeos registrados entre el 13 y el 24 de junio, durante la guerra de 12 días entre Irán e Israel, en la que murieron al menos 11 científicos nucleares iraníes. El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció el cese de hostilidades el pasado 24 de junio, pero el conflicto ha dejado secuelas profundas.
Mientras tanto, el OIEA se limitó a declarar que espera información oficial por parte de Irán. Sin embargo, expertos consideran que la suspensión de la vigilancia internacional podría facilitar avances encubiertos en el desarrollo nuclear iraní. Nicole Grajewski, analista del Carnegie Endowment, advirtió en la red social X que “Irán gana espacio operativo para esfuerzos encubiertos, mientras el mundo pierde una supervisión clave”.
En paralelo, se mantiene el debate sobre los daños reales sufridos por las instalaciones iraníes tras los bombardeos. Mientras que Irán inicialmente minimizó el impacto, la portavoz gubernamental Fatemeh Mohajerani admitió recientemente que los centros nucleares en Fordó, Natanz e Isfahán sufrieron “daños significativos”.
Por su parte, el Pentágono señaló que los ataques estadounidenses del 22 de junio degradaron la capacidad física de Irán para construir una bomba nuclear, lo que podría retrasar su programa entre uno y dos años. Esta versión contrasta con declaraciones anteriores del presidente Trump, quien aseguró que los bombardeos afectarían a Irán “durante muchos años”.