Este viernes, Venezuela recibió a siete menores de edad que, según el Gobierno de Nicolás Maduro, estuvieron “secuestrados” en Estados Unidos tras la deportación de sus padres. El grupo llegó al país a bordo de un avión procedente de Houston, Texas, junto con otros 244 ciudadanos venezolanos repatriados.

El arribo se produjo en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, donde fueron recibidos por autoridades del alto gobierno, entre ellos el ministro de Interior, Diosdado Cabello, y la primera dama, Cilia Flores, quien calificó la llegada de los niños como una liberación y un reencuentro esperado con sus familias.

“Hoy se reencuentran con sus madres, sus abuelas y con toda Venezuela”, declaró Flores, reafirmando la intención del Ejecutivo de traer de vuelta a todos los menores separados en el contexto migratorio.

Por su parte, Cabello reiteró la acusación contra el Gobierno estadounidense, al que responsabilizó de retener ilegalmente a estos niños en su territorio. El funcionario aseguró que se mantienen gestiones permanentes para garantizar el retorno de los menores restantes.

El caso forma parte de una ofensiva diplomática del chavismo que, en las últimas semanas, ha denunciado ante organismos internacionales lo que considera una violación de los derechos de los niños migrantes venezolanos. El Parlamento, dominado por el oficialismo, incluso ha declarado persona non grata al alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, por su supuesto silencio ante la situación.

El Gobierno también ha solicitado la mediación del Vaticano, a través de una carta enviada por el jefe negociador Jorge Rodríguez al papa León XIV, con la esperanza de acelerar el regreso de los 31 niños que afirman siguen en territorio estadounidense.