El periodista guatemalteco José Rubén Zamora, detenido desde el pasado viernes por acusaciones de supuesto lavado de dinero, denunció este miércoles que su caso es “un montaje” y “persecución” en su contra tras acudir a su audiencia de primera declaración.
El caso de Zamora, del diario El Periódico, generó críticas de organizaciones de prensa que consideran la detención del premiado comunicador un intento del gobierno del país centroamericano de impedir el trabajo investigativo sobre casos de corrupción.
Zamora señaló que su caso ha sido “montado con eficacia” por el presidente Alejandro Giammattei, la fiscal general Consuelo Porras y otra personas, que no identificó. El periodista no mostró prueba o alguna evidencia de su denuncia. Ni el gobierno ni la fiscal general reaccionaron de inmediato a esos señalamientos.
La primera audiencia de Zamora había sido suspendida a inicios de semana. La orden de detención solicitada por la fiscalía en su contra es por supuesto lavado de dinero, pero en la audiencia del miércoles se conoció una nueva denuncia por chantaje, que incluía también a los abogados del comunicador.
Por esta razón, una nueva audiencia fue programada para el próximo lunes 8 de agosto. Zamora Marroquín debe ahora decidir si cambia sus abogados o los mantiene, después de los señalamientos de la Fiscalía.
Romeo Montoya, uno de los abogados de Zamora que ahora también está señalado en el caso, dijo a la AP que no pueden defender al periodista de algo de lo que ellos como abogados también deben defenderse, “éticamente no procede”.
“Lo que quieren es desestabilizarlo de una u otra forma y que sus abogados de confianza no puedan defenderlo”, señaló Montoya.
La nueva denuncia en su contra fue presentada por Ronald Navarijo García, un empresario que fue detenido por actos de corrupción en el Banco de los Trabajadores (Bantrab), donde supuestamente se coludió con otros directivos de la institución para saquearla. Navarijo está bajo arresto domiciliario y su juicio aún no está programado.
Navarijo denunció que supuestamente fue chantajeado por Zamora por 200,000 quetzales (unos 25,000 dólares) para que este influyera en un proceso en su contra.
Zamora en respuesta dijo a periodistas que conoce a Navarijo y que se reunió hace poco tiempo con él. Aseguró que le contó que el fiscal Rafael Curruchiche, jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad que acusa a Zamora, le pedía el 15% de 33 millones de quetzales que la fiscalía le tenía retenidos por el caso en su contra, pero que además debía denunciar a “personajes que eran molestos para el Ministerio Público y el régimen”, según el periodista.
Zamora fue detenido el pasado viernes en su residencia tras un allanamiento que duró casi nueve horas, durante el cual fiscales y policías armados con fusiles de asalto retuvieron también a su nuera, una anciana y a dos niños, nietos del periodista de nacionalidad estadounidense.
Los allanamientos de la fiscalía se extendieron a los talleres donde se imprime el periódico por lo que no pudo imprimirse en ese lugar, a pesar de lo cual el medio finalmente salió a la venta en la edición impresa.