Cuando empiezas a emprender, la ilusión, pasión, nervios y miedos desbordan tu cuerpo, parte de estos sentimientos son los que te han llevado al punto de emprender pero, ¡ojo!, sino tomas control de todo ese sentir vas a empezar a actuar guiado por emociones y no por realidades. En este artículo señalo algunos errores muy comunes a la hora de emprender.
1. No seas tan confiado.
Caso: Contratación para impartir un curso.
‘Habíamos pactado verbalmente una cantidad por impartir el curso, pero cuando ya lo había realizado y llegó la hora de facturarlo, mi cliente se desentendió diciendo que la cantidad de la que habíamos hablado era en bruto y no en neto’. Este es uno de los errores más de sentido común que, sin embargo, se repiten más a menudo de lo que creemos.
Consejo. No hay que dar nada por supuesto ni por cerrado a no ser que lo tengamos por escrito bien clarito. Incluso con los clientes habituales. Ten a mano hojas de pedido que puedas adaptar a cada situación y no tengas reparo en pasárselas a tu cliente para que te las firme o las corrobore antes de la entrega.
Siempre que finalices una reunión con un cliente envía un resumen o minuta de la reunión para que quede constancia de lo hablado. Es bueno cubrirse las espaldas.
2. Sobre alianzas y sociedades.
Caso: ¿Solo o acompañado?
Sobre la disyuntiva de ir o no ir acompañado en la aventura empresarial, hay diferentes opiniones. Para algunos, dos es siempre mejor que uno porque los inicios son duros y es bueno tener un hombro en el que apoyarse, una mano a la que asirse cuando cunde el desánimo. Para otros, sin embargo, es difícil que todos los socios expongan y arriesguen en la misma medida. Si el negocio fracasa, el que expone más es el que paga los platos rotos. Así que si tú destinas un dolar, haz que todos los demás aporten lo mismo. Si no lo hacen, no cedas, emprende tú solo.
Consejo. Si finalmente vas a emprender en compañía, es necesario dejar muy claro, bien a través de un pacto de socios o de los estatutos, qué ocurrirá con la sociedad en caso de que haya desavenencias. Este es uno de los errores con peores consecuencias para el futuro de la empresa. Tiene una razón lógica: cuando empiezas un proyecto estás muy ilusionado y te llevas muy bien con la otra persona. Pero el día a día, la lentitud con la que llegan los resultados y la ausencia de perspectivas pueden minar la voluntad del más entusiasta. Por eso es importante reflejar por escrito todos los supuestos que regularán la relación de los socios: el grado de implicación en el trabajo, la cantidad que invierten y, fundamental, qué ocurre cuando uno de los socios se quiere ir.
3. Mala paga
Caso: El cliente deja de pagar
‘Durante los primeros años, no tuve ningún problema con el cliente. Pero a partir de un momento determinado, empezó a retrasarse con los pagos a la vez que aumentaba el número de pedidos. Durante unos meses traté de negociar con él una puntualidad que nunca llegaba, hasta que me dejó sin pagar los dos últimos trabajos y desapareció’. Si esta situación te es familiar, presta atención.
Consejo. Si quieres ser emprendedor, debes estar atento a cualquier señal de alerta que te indique un cambio de rumbo en la relación con el cliente, pero sobre todo hay que saber decir ‘no’. Es una premisa fundamental para hacer frente a un cliente moroso, al que te aprieta demasiado o al que te exige trabajos que se escapan de tus competencias, al proveedor que te alarga las entregas intencionadamente, al familiar que te pide favores…