La situación de escasez es enorme, la peor que se recuerda en el país y es que en ciudades como La Habana se ven largas colas en las gasolineras para intentar conseguir el preciado combustible. Según apuntan algunos usuarios, han llegado a estar 24 horas esperando para poder rellenar el depósito.
El estado en cual se encuentra el país es tal, que cinco universidades han llegado incluso a cancelar las clases presenciales, muchos trabajadores se han visto obligados a teletrabajar de nuevo e incluso ciertas empresas de servicios han solicitado a sus usuarios que les manden información por correo, como la empresa eléctrica, porque no podían asegurar que sus empleados pudieran llegar a hacer la lectura.
Se cree que en los últimos años el suministro de petróleo ha ido cuesta abajo y sin frenos. En 2021 pasó de 100.000 barriles diarios a cerca de 57.000, cifra que se ha mantenido, bajando paulatinamente, hasta el primer trimestre de 2023. El presidente cubano Miguel Díaz-Canel admitió no tener “claro” cómo logrará “salir de esta situación” según él, Cuba consume en la actualidad “menos de 400 toneladas” de combustible de las 500 a 600 que necesita diariamente.
Las autoridades adelantaron que las dificultades continuarán durante abril y mayo. “Vamos a seguir sacando combustible parcialmente” para evitar “cero en el suministro”, dijo Vicente de la O Levy, ministro de Energía y Minas.
Para Jorge Piñón, experto en política energética de la Universidad de Texas, las quejas del presidente están dirigidas a Venezuela, principal proveedor de Cuba. “El problema es que Cuba no tiene dinero, no puede pagar en efectivo por ese petróleo” y lo intercambia con Caracas por trabajadores como maestros y médicos, señala.
Las autoridades han preservado la disponibilidad para actividades prioritarias, entre las que está el sector turístico, motor de la economía cubana. Ha dejado al menos una gasolinera en La Habana destinada a vehículos con matrícula tipo “T”, de turismo. Los autos rentados o autobuses para tours avanzan de manera un poco más fluida, aunque tampoco se salvan de hacer cola.