Ni maestra ni maestro, Johnajohn Campo es la primera persona maestre de Colombia.
Johnajohn Campo no se identifica como hombre o como mujer, por eso cuando se gradúo en Artes Plásticas en la Institución Universitaria del Valle, en la ciudad colombiana de Cali, quería que el título así se lo reconociera: no es maestra ni maestro, es la primera persona “maestre” de Colombia.
En Colombia los derechos de las minorías se han ganado, generalmente, con el amparo de la Corte Constitucional. Y Cali, la tercera ciudad más importante del país, ha sido epicentro de esas luchas: comenzó con el matrimonio civil entre personas del mismo sexo y, ahora, con el reconocimiento de las garantías para acceder a la educación a personas con diversas expresiones de género.
A sus 39 años, Johnajohn, a quien se le asignó el género masculino al nacer y transitó al femenino pero no se identifica con ninguno de los dos, ha logrado un hito más para la comunidad LGTB: que un programa académico profesional tenga el reconocimiento de tercer género o no binario.
“Soy consciente de que como activistas o artistas hacemos una labor pedagógica y este título académico más allá de certificarme, sienta un precedente al poner en el debate dos temas fundamentales: el nombre identitario de las personas y las expresiones de género no binarie, que son una construcción del lenguaje social”, explica a Efe la maestre.
Ni hombre ni mujer
Johnajohn sintió desde su infancia que no encajaba en los roles de género tradicionales, y que a través de su cuerpo representa una “multiplicidad de expresiones de género” que reafirma desde lo artístico con sus “performances”.
Realizó un documental que se titula “Trasvestirse en tiempos de precariedad, historias de familia” y que explica lo que significa la no binariedad. “No correspondo a construcciones de género hegemónicas o estereotipos. Soy una multiplicidad de expresiones, por tal motivo me construyo desde esa no binariedad”, apunta.
Su trayectoria y formación universitaria le permiten desarrollar arte con el cuerpo, con el vestuario, con la gestualidad; crear artes plásticas y arte relacional, que tienen que ver con la construcción de un tejido comunitario.