Un récord sin precedentes acaba de ser batido en Japón, donde un grupo de ingenieros logró alcanzar la velocidad de internet más rápida jamás lograda: una tasa de transmisión de datos de 319 Terabits por segundo (Tb/s).
Este hito representa el inicio de toda una revolución de la información, pues permitirá desarrollar tecnología para compartir información a nivel mundial a velocidades nunca antes experimentadas.
El avance fue expuesto en un documento presentado ante la Conferencia Internacional sobre Comunicaciones de Fibra Óptica en junio, en el que se afirma que dicha tasa de transferencia se logró en una red de fibras de más de 3.000 kilómetros de largo. Y, lo que es más importante, es compatible con la infraestructura de cable actual.
En otras palabras, el récord representa un método de transferencia de datos que divide las señales en varias longitudes de onda haciendo que alcancen grandes velocidades.
Esto literalmente podría cambiarlo todo y no es para menos, pues la velocidad alcanzada de transmisión de 319 (Tb/s) es casi el doble del récord anterior de 178 (Tb/s) que apenas fue fijado en 2020. Antes de eso, lo máximo que se había alcanzado en velocidad de transmisión de datos eran 44.2 (Tb/s), logro establecido con el uso de un chip fotónico experimental.
Y es que la propia NASA usa una velocidad que en comparación ya parece primita de apenas unos 400 Gigabits por segundo (Gb/s). Ni hablar de los consumidores promedios de internet, donde una conexión doméstica alcanza un máximo de 10 Gb/s.
Cómo si fuera poco, hay que hacer énfasis en que este récord se logró con la infraestructura de fibra óptica que ya existe (pero con algunos complementos avanzados). El equipo de investigación utilizó cuatro “núcleos”, que son tubos de vidrio alojados dentro de las fibras que transmiten los datos, en lugar del núcleo estándar convencional. Luego, las señales se dividen en varias longitudes de onda enviadas al mismo tiempo, empleando una técnica conocida como multiplexación por división de longitud de onda (WDM). Para transportar más datos, los investigadores utilizaron una tercera “banda” poco utilizada, extendiendo la distancia a través de varias tecnologías de amplificación óptica.