Colombia y Venezuela intercambiaron ya a sus respectivos embajadores y las relaciones diplomáticas entre los dos países vecinos vuelven a estar al máximo nivel, a pesar de que el dirigente opositor venezolano Juan Guaidó criticó en las últimas horas el giro político dado por el nuevo presidente colombiano, Gustavo Petro.
La llegada de Petro, el primer presidente de izquierdas de la historia de Colombia, ha supuesto un acercamiento inédito entre Caracas y Bogotá, después de años marcados por los reproches políticos cruzados. Este fin de semana, los nuevos embajadores viajaron a sus respectivos destinos.
El ministro de Exteriores de Venezuela, Carlos Faria, recibió ya las cartas credenciales del colombiano Armando Benedetti, “con la esperanza cimentada en volver a levantar las banderas de la solidaridad, paz y entendimiento”. Faria apeló en Twitter al “legado histórico de integración y hermandad” que une a los dos países.
A Bogotá llegó igualmente el diplomático Félix Plasencia, exministro de Exteriores de Venezuela. Sin embargo, en su caso no ha podido presentar este lunes las cartas credenciales, ya que tanto Petro como su ministro de Exteriores han viajado a Perú para la cumbre de la Comunidad Andina.
Con Iván Duque como presidente, Colombia reconocía como mandatario legítimo de Venezuela a Juan Guaidó, que en enero de 2019 se autoproclamó ‘presidente encargado’ haciendo valer la mayoría opositora en la Asamblea Nacional elegida en los comicios de 2015 –los últimos válidos a ojos de Bogotá–.
Guaidó recriminó este lunes al nuevo embajador colombiano en Bogotá que no haya hablado de “presos políticos”, de la protección que supuestamente brinda Maduro a guerrilleros colombianos o de las “elecciones libres” que reclama la oposición en Venezuela.
Para Guaidó, Maduro es un “dictador” y como tal debería considerársele. “Llamar diferente a Maduro es revictimizar a todo el país”, advirtió en su cuenta de Twitter.