Jorge Alberto González Barillas, tal su nombre verdadero, llegó a Deportivo Cádiz en 1982 tras depositar a El Salvador en el Mundial de España. Sin embargo, el “Mago” (como se lo conocía en ese momento) pudo haber jugado en el por entonces novel PSG.
El 13 de marzo de 1958 nació en El Salvador el exfutbolista Jorge González, conocido internacionalmente como “El Mágico” y nombrado por la IFFHS como el mejor futbolista centroamericano de la historia.
Debutó con tan solo 17 años de edad y desde el primer momento como jugador profesional le mostró al mundo que era alguien distinto, dotado técnica y mentalmente en el terreno de juego.
Con su 1.74 de estatura era capaz de hacer cosas impensables y su juego era caracterizado por el regate, el encare, desmarque un auténtico ilusionista con y sin el balón.
Su primer equipo en El Salvador fue el Administración Nacional de Telecomunicaciones, conocido por sus siglas como ANTEL. Después de un año pasó a formar parte del Independiente FC de San Vicente y de 1977 a 1982 militó con el Club Deportivo FAS.
El Mundial de España 1982 fue la plataforma perfecta para que quienes no conocían el fútbol del “Mágico” lo vieran por vez primera. Y aunque a nivel colectivo “La Selecta” pasó de noche, Jorge González maravilló al mundo con sus gestos técnicos y jugadas llenas de arte puro.
El mismo Maradona comentó en alguna ocasión que el Mágico González era mejor que él. Sin embargo, se dice que la fiesta y salidas nocturnas eran parte de su estilo de vida. Poca disciplina, mucho fútbol y una trayectoria futbolística de la que se esperó mucho más, pues tuvo sobre la mesa un contrato con el PSG, además de intereses de grandes equipos que quedaron solo en eso, interés.
Mágico prefirió quedarse en España, sin tener la barrera del idioma y quizá con mayor libertad para hacer cosas fuera de la cancha. Fichó por el Cádiz y el resto es historia. Leyenda viviente del club y querido por toda la afición, a quienes les entregó tardes y noches gloriosas llenas del llamado “fútbol champagne”.
El mítico apodo para Jorge González se dio desde sus inicios con el equipo Administración Nacional de Telecomunicaciones; jugaban ante el CD Águila de El Salvador y fue Jorge quien robó reflectores en aquel encuentro, que por cierto ganaron por tres a uno.
Rosalío Hernández, un periodista salvadoreño fue quien quedó rendido (como todos los aficionados) ante el talento de aquel delgado pero habilidoso jugador. Desde entonces comenzó a llamarlo “Mágico” y este mote quedaría plasmado por décadas hasta el día de hoy. Fue así como nació uno de los apodos más conocidos en el fútbol de Centroamérica y que años más tarde llegaría hasta Europa.
Hasta la fecha Imágenes de Jorge “Mágico” González, considerado como el referente del fútbol de El Salvador, invaden las calles de la capital. Mientras en una esquina de la bulliciosa y pequeña ciudad, salvadoreños consumen un “hot dog” denominado “culebrita macheteada”, llamado así en honor a una peculiar jugada del futbolista.
