Los niños parece increíble todo lo que pueden acumular y repartir por el suelo los niños en unos pocos minutos.
Pero, ¿cómo dominar el caos? ¿Es necesario que los padres anden de rodillas por el piso del cuarto de niños tratando de volver a ordenarlo todo?
Lo ideal sería que los chicos reconociesen por sí mismos cuando es hora de ordenar y lo hagan, pero eso no se corresponde demasiado con la realidad.
Esto significa que los que dan la orden y deben tomar la iniciativa suelen ser los padres.
Una buena forma de incentivar a los chicos a ordenar es asociar la orden a un objetivo, como por ejemplo: “¡Vamos, ordenemos para que tengas lugar para hacer tus manualidades!”.
Fotografiar las manualidades
Cuando se tienen niños que hacen muchas manualidades, se puede decidir junto a ellos qué cosas se guardarán y cuáles pueden descartarse.
A veces ayuda sacarles fotos a sus creaciones más importantes y hacer luego un álbum con las imágenes.
Todo lo que no sean recortes de papel, grandes dibujos o pegatinas se puede colocar en una caja que se guarda bajo la mesa.
Si pasa un tiempo sin que nadie le preste atención a la caja, el acuerdo debe ser que irá a parar al cubo de basura.
Ordenar los juguetes en cajas separadas
Ordenar se vuelve más fácil cuando hay un lugar para cada cosa, como por ejemplo una caja grande para los bloquecitos para construir cosas, una caja para cosas chicas, un estante para los libros.
Pegar imágenes o fotos en la parte delantera de las cajas ayuda también a identificar qué hay en cada una de ellas.
Por otra parte, los padres deben mostrarles a los hijos cómo se ordena cada una de las cosas. Es necesario que los padres funcionen como modelo e incentiven la limpieza y el orden desde los primeros años de los chicos.
Los niños suelen agarrar trapos y escobas por motu propio cuando tienen dos o tres años. Aún cuando su limpieza no aporte demasiado en ese momento, hay que dejarlos “jugar a limpiar”, ya que allí está el germen para que luego mantengan sus espacios limpios y ordenados.
Fijar objetivos concretos con los niños en edad escolar
Cuanto más grandes se vuelven los niños, más fácil es para los padres llegar a acuerdos concretos con ellos: ¿qué debe ser ordenado, hasta cuándo y cómo? En esto también deben ayudar los padres. Por eso, siempre es bueno estar presente.
¿Y si, a pesar de todo, la cosa sigue sin funcionar?
Entonces es válido que haya consecuencias, pero que deberían ser advertidas previamente. Por ejemplo: “Si no ordenas antes tu pieza, no podrás ir a visitar a tu amiguito”.