Apple presentó este martes su esperado modelo más reciente de iPhone, que llega con importantes mejoras en diseño, rendimiento y fotografía. El dispositivo estará disponible en cinco colores: lavanda, azul niebla, negro, blanco y salvia.

El nuevo teléfono cuenta con una pantalla de 6,3 pulgadas, ligeramente más grande que las 6,1 del modelo anterior, equipada con alta frecuencia de actualización para un desplazamiento más fluido. Además, incorpora un escudo cerámico que refuerza la resistencia a los arañazos y un revestimiento antirreflectante de siete capas que reduce el deslumbramiento.

En su interior, el equipo está potenciado por el procesador A19, el más reciente de la compañía, que promete mayor eficiencia energética y mejor rendimiento en aplicaciones de alta demanda.

Cámara principal de 48 megapíxeles

En el apartado fotográfico, Apple dio un salto importante respecto a generaciones anteriores. Según Megan Nash, portavoz de la compañía, la cámara principal ofrece una resolución de 48 megapíxeles, cuatro veces superior al iPhone 16. Para las fotos cotidianas, el sistema genera automáticamente imágenes de 24 megapíxeles, como punto de equilibrio entre calidad y eficiencia.

Los usuarios que se toman selfis también encontrarán novedades. La cámara frontal ahora incluye un sensor cuadrado que permite hasta cuatro composiciones diferentes sin necesidad de girar el teléfono.

Su nuevo campo de visión ampliado es posible gracias a un sensor casi el doble de grande que el de la generación anterior.

Además, los usuarios podrán cambiar fácilmente de vertical a horizontal y ampliar el campo de visión con solo un toque. Apple integró también la función Center Stage para fotos, impulsada por inteligencia artificial, que amplía de manera automática el encuadre y ajusta la orientación para optimizar cada toma.

El nuevo iPhone busca consolidar a Apple en el mercado de gama alta, reforzando la experiencia de uso como las capacidades fotográficas, en un sector cada vez más competitivo.