En medio de una creciente ola de protestas por las redadas migratorias impulsadas por el presidente Donald Trump, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, declaró estado de emergencia local e impuso un toque de queda nocturno en el centro de la ciudad.

“He declarado el estado de emergencia local y decretado un toque de queda en el centro de Los Ángeles para detener el vandalismo y parar los saqueos”, informó Bass en conferencia de prensa, luego de cinco días consecutivos de protestas.

La medida entró en vigor la noche del martes 10 de junio a partir de las 8:00 p. m. y se extenderá hasta las 6:00 a. m. del miércoles, hora local.

El toque de queda abarca un perímetro de 2.5 kilómetros cuadrados en el centro de la segunda ciudad más grande de Estados Unidos. Aunque aún no se ha definido su duración total, se prevé que se mantenga vigente por varios días.

La decisión de implementar el toque de queda se produce después de una noche violenta en la que, según las autoridades, 23 negocios fueron saqueados. “Hemos considerado esta medida durante varios días, pero la violencia de anoche marcó un punto de inflexión”, explicó la alcaldesa.

El jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles, Jim McDonnell, confirmó la detención de 67 personas por bloquear de forma ilegal la Autopista 101 durante las manifestaciones.

También detalló que estarán exentas del toque de queda las personas residentes en el área afectada, ciudadanos en situación de calle, trabajadores de emergencia, personal de seguridad pública y medios de comunicación acreditados.

Las protestas comenzaron el viernes por la tarde, en respuesta a las redadas migratorias masivas dirigidas por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), una acción ampliamente criticada por activistas y organizaciones de derechos humanos.

La alcaldesa Bass instó a la ciudadanía a mantener la calma y a protestar de manera pacífica: “Los derechos civiles deben defenderse, pero sin poner en riesgo la seguridad de nuestras comunidades”.