El nuevo cambio de foto de perfil del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, fue más que un gesto de vanidad digital. Los ojos rojos, tipo láser, que ahora acompañan su figura tienen una razón que ha desatado el interés de los inversores y emprendedores de las criptomonedas.
El fin de semana pasado, Bukele anunció que impulsaría una ley en la Asamblea Nacional (AN) para que el bitcóin sea una moneda de curso legal en su país. Este paso convertiría a El Salvador en la primera nación en usar la criptomoneda de esta manera, ya que obligaría a todo el comercio a aceptarla como método para transacciones.
Inversiones y bancarización
Durante su participación telemática en un congreso sobre criptomonedas realizado en Miami, EE.UU., Bukele no solo adelantó su propuesta legislativa –que será presentada esta semana– sino que asomó parte de los alicientes que su Gobierno ofrecería a los inversores en bitcoin.
En un tuit en el que alabó el clima, el surf y las playas de la nación centroamericana, Bukele prometió otorgar “residencia permanente inmediata para emprendedores criptográficos” y eximir de impuestos sobre ganancias de capital para bitcoin, ya que “será moneda de curso legal”. Además, recordó que El Salvador es “uno de los pocos países del mundo sin impuestos a la propiedad”.
Esta jugada, que no está exenta de riesgos, apunta a dos objetivos: el primero, atraer a los capitales para que inviertan y se establezcan en su país; y el segundo, la bancarización del 70 % de la población que no está incorporada a la economía formal.
Además, en un país como El Salvador, cuya economía depende en buena medida de las remesas (alrededor del 25 % del PIB), el presidente estima que las familias que reciben esos ingresos puedan transarlos mediante las criptomonedas y disminuir así la cantidad de dinero que queda en la intermediación bancaria.
“Esperamos que esta decisión sea solo el comienzo para brindar un espacio en el que algunos de los principales innovadores puedan reimaginar el futuro de las finanzas, lo que podría ayudar a miles de millones de personas en todo el mundo”, dijo Bukele durante su intervención en el foro en Miami.
¿Una propuesta posible?
El anuncio del presidente salvadoreño no pasó desapercibido en las redes sociales, donde los entusiastas de las criptomonedas se apuntaron a debatir. La oportunidad fue aprovechada ampliamente por el presidente ‘millennial’ para hacer retuits, responder y hacer uso de su capital digital con miras a ampliar el eco de su propuesta.
Pero aunque Bukele ha sacado rédito de su presencia en redes, la confianza en esta osada movida financiera tiene su asidero en el Congreso. Es en ese recinto legislativo donde el partido de Bukele goza de una amplia mayoría, que ya le abrió cancha para una jugada osada como la destitución de cinco magistrados del Supremo y el Fiscal General de la Nación.
De hecho, en Twitter, el mandatario destacó el cambio de avatar del presidente de la Asamblea Nacional de El Salvador, Ernesto Castro, quien también se puso sus ojos rojos y brillantes para manifestar su apoyo tácito al bitcoin.
Bukele se ha asociado con la billetera digital Strike y está trabajando con el CEO Jack Mallers para adoptar legalmente bitcoin. El Salvador ha utilizado el dólar estadounidense como moneda oficial desde 2001. El partido Nuevas Ideas de Bukele y sus aliados obtuvieron una supermayoría durante las elecciones de mitad de período de marzo. Los críticos han expresado su preocupación por la naturaleza notoriamente volátil de los precios de bitcoin y la enorme cantidad de energía que consume bitcoin. El Salvador es el país más pequeño de América del Sur y casi el 40% de la población vive por debajo del umbral de pobreza.