Este miércoles 20 de noviembre de 2024, la emblemática Catedral de Notre-Dame de París se iluminará de rojo, un acto simbólico que busca poner en evidencia la difícil situación que enfrentan millones de cristianos en todo el mundo que no pueden practicar su fe en libertad.

La acción, que se enmarca dentro de la Semana Roja (Red Week), también tendrá lugar en otros importantes templos religiosos a nivel global, incluyendo la Sagrada Familia de Barcelona, catedrales en Alemania, Austria, el Reino Unido, Canadá, México, Chile, entre otros países.

La iniciativa, organizada por la asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), se lleva a cabo desde 2015 y busca sensibilizar a la opinión pública sobre la persecución religiosa que afecta a los cristianos en diversas partes del mundo.

Según la asociación, actualmente millones de personas no pueden practicar su fe de manera libre y segura debido a la violencia, la discriminación y las restricciones impuestas por diversos regímenes y grupos extremistas.

Benoît de Blanpré, director de AIN en Francia, explicó que la iluminación roja de los edificios religiosos es un gesto simbólico para recordar la “sangre de los mártires”, aquellos cristianos que han perdido la vida por su fe.

“Queremos hacer visible el sufrimiento de aquellos que viven bajo amenazas constantes, sin la posibilidad de ejercer su religión sin miedo a represalias”, afirmó Blanpré en un comunicado.

Notre-Dame, uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad de París y del mundo, se unirá a esta campaña a pocos días de su esperada reapertura, prevista para el fin de semana del 7 y 8 de diciembre.

La catedral, que sufrió graves daños durante el incendio de abril de 2019, se encuentra en plena restauración tras más de cinco años de trabajos. Su participación en esta acción tiene un valor especial, no solo por ser un símbolo de la cultura y la historia de Francia, sino también como un recordatorio del sacrificio de aquellos que, en muchas partes del mundo, sufren por su fe.

Finalmente, la campaña no solo busca concienciar sobre la persecución de los cristianos, sino también alentar a los gobiernos y la sociedad civil a tomar medidas para proteger la libertad religiosa en todo el mundo.