Chris Watts era un hombre de familia que tenía una vida de fantasía: era exitoso, tenía una familia modelo y vivía en una bella casa. Pero todo lo que se observaba era una mentira.
Detrás de ese padre cariñoso y amoroso con su “familia” se escondía un monstruo. Su caso conmovió a la sociedad, horrorizó a los investigadores y atrajo al público cuando se convirtió en una de las películas más vistas de la plataforma digital, Netflix.
Con 33 años, parecía el hombre ideal. Lo que su familia, sus amigos, sus jefes y sus vecinos veían era una falacia.
Todos se dieron cuenta de una manera brutal de la existencia de su otra cara, la de Mr Hyde, en agosto de 2018. Su caso tocó a la sociedad, tanto así que, dos años después, se convertiría en una de las películas más vistas de Netflix: El caso Watts: El padre homicida.
Chris Watts y su mujer Shanann Cathryn Rzucek se conocieron a través de Facebook. La primera vez que a ella le apareció una sugerencia de amistad con un joven con quien tenía amigos en común, ella la declinó. Pero en ese momento no tenía interés de sumar nuevos amigos.
Shannan acababa de tener un diagnóstico que la había descolocado, padecía una enfermedad autoinmune llamada lupus, y venía de un divorcio que le afecto mucho sentimentalmente y en su autoestima.
Tener lupus la terminó de hundir en la depresión, al punto que dejó su trabajo donde se desempeñaba desde hacía nueve años.
Esta vez, Shannan miró las fotos de Chris Watts y le dio clic a aceptar. Arrancaron con una relación virtual que se concretó en una cita presencial en el año 2010.
Shanann había nacido el 10 de enero de 1984 y nació en Aberdeen, Carolina del Norte, Estados Unidos; Christopher Lee Watts, nacido el 16 de mayo de 1985, tenía un año menos que ella, era de Oklahoma, pero se había criado en la ciudad de Fayetteville también ubicada en Carolina del Norte.
El casamiento llegó el 3 de noviembre de 2012 con vestido blanco, tiara con brillantes de princesa, cortejo y toda la pompa.
La primera hija, Bella Marie Watts, nació el 17 de diciembre de 2013 y, el 17 de julio de 2015, fue el turno de Celeste “CeCe” Cathryn Watts. Eran el retrato de una familia perfecta.
“Una cosa llevó a la otra, ocho años después tenemos dos hijas, vivimos en Colorado y él es lo mejor que me ha pasado en toda mi vida (…) No importa cuán dura sea la vida (…) todo tiene un propósito, hay una razón para todo. (…) Porque me enfermé, lo encontré, y sólo él me conoce en mi peor estado (…) Y me acepta. (…) Le di excusas para que se fuera corriendo (…) Fue a mi colonoscopia, lo torturé, lo rechacé, lo empujé fuera de mi vida una y otra vez (…) él es asombroso, ¡no puedo decirles cuán maravilloso es! (…) No hay hombre mejor que él”, mencionó Shanann.
En el año 2015 no tuvieron más remedio que declararse en quiebra: el dinero no les bastaba para seguir viviendo esa existencia de fantasía.
El 19 de junio de 2018 Shanann, se dió cuenta de que estaba embarazada de nuevo. Sin embargo, hacía tiempo que ya la pareja no andaba bien y Chris la esquivaba en el sentido íntimo.
Ella se quejaba con sus amigas de la falta de relaciones sexuales y que él ya no la buscaba como antes.
En la red social posteó: “¡Te amo Chris! Sos el mejor padre que las chicas podrían tener”. Pero todo era distinto. Cuando escribió esa frase ella estaba haciendo las valijas para irse a pasar el verano con sus dos hijas a la casa de sus padres, en Carolina del Norte.
Esas semanas en casa de sus padres Shanann extrañó muchísimo a Chris. Le escribía todo el tiempo, desesperada. Intuía que él estaba haciendo su vida.
“Extraño abrazarte. Extraño comer con vos, ver televisión con vos. Extraño mirarte a los ojos, extraño hacer el amor, lo extraño todo. No puedo esperar a celebrar nuestros ocho años juntos… Si para vos esto está terminado, si no me amas, si no querés trabajar en esto, si no sos feliz y sólo te quedás por las chicas, necesito que me lo digas”, esto le escribió Shannan a Chris, la noche del 5 de agosto del 2018.
El embarazo hacía sentir acorralado a Chris. Ya sabían que era un varón: lo llamarían Niko Lee y llegaría al mundo el 31 de enero de 2019.
Chris se la pasaba buscando distracción en Internet. Destinos turísticos a los que ir con su amor de turno, alhajas para regalarle a su amante, restaurantes para comer con ella. Shanann, el hijo por venir y sus hijas habían dejado de estar en el centro de su vida. Es más, no figuraban en ningún futuro plan.
La chica con la que Chris estaba como amante era una compañera de trabajo llamada Nichol “Nikki” Kessinger. Tenía 30 años, soltera y trabajaba en el departamento de medioambiente de la petrolera.
La joven estaba deslumbrada con el apuesto y familiero Chris: “Parecía un padre preocupado por sus hijas”, declaró, sorprendida, tiempo después. Por supuesto, él le dijo que estaba en proceso de divorcio.
El fin de semana del viernes 10 de agosto Shanann Watts viajó a Phoenix, Arizona, con su amiga y colega Nickole Utoft Atkinson.
Shannan viajó junto a su amiga Nickole en busca de empleo, cuando llegó ella le llamó varias veces por la noche pero ella no respondía. Así que decidió ir a buscarla.
Cuando llegó miró por la ventana y observó que los zapatos de Shannan estaban en el hall de entrada. Llamó a Chris al trabajo. Él le pidió que no llamara a nadie y le aseguró que iría inmediatamente.
El miércoles 15 Chris Watts es llevado a declarar. Después de varias horas de intenso interrogatorio se le empiezan a escapar algunas cosas.
Revela que aquella madrugada había tenido con Shannan una conversación “altamente emocional” donde él le dijo lo que sentía, que se quería separar, que ya no existía la chispa que habían tenido. Dijo que habían llorado los dos sin parar. Quizá esa había sido la causa de su inexplicable partida. Niega tener romances.
“Tuve que matarla”. Reconoció que la asfixió.
Su padre en la imagen parece descomponerse ante la confesión de su hijo, se agarra la cabeza. Luego, dirá que le cree, pero la policía no piensa igual. Vuelven a entrar los agentes de homicidios. Ronnie se queda. Entre todos, suavemente, logran su objetivo: que revele dónde están los cuerpos.
El jueves 16 de agosto, en la propiedad de la compañía petrolera Anadarko donde trabajaba Watts y de la que fue despedido al ser acusado, encontraron los tres cadáveres. El 21 de agosto fue acusado por los asesinatos. Chris no demostró emociones. Impávido, se dejó esposar.