El huracán Helene ha dejado al menos 44 personas muertas y ha provocado grandes inundaciones en todo el sureste de Estados Unidos, privando de electricidad a millones de habitantes.

Aproximadamente 20 personas murieron en California del Sur, 15 en Georgia, 7 en Florida, una en virginia y una Carolina del Norte, según lo dieron a conocer autoridades locales por medio de un balance.

El Centro Nacional de Huracanes (NHC) informó sobre “inundaciones históricas y catastróficas” y advirtió sobre repentinas subidas de las aguas en Atlanta, la ciudad más grande de Georgia, así como en Carolina del Sur y Carolina del Norte.

Después de que Helene tocó tierra de Tallahassee, la capital del estado de Florida, carreteras, casas y negocios quedaron bajo el agua. Aunque posteriormente se debilitó hasta convertirse en tormenta tropical.

El presidente Joe Biden y las autoridades estatales habían instado a la población a prestar atención a las advertencias oficiales de evacuación antes de que Helene llegara, sin embrago, algunos optaron por quedarse en sus casas para esperar a que pasara la tormenta.

Por su parte, el gobernador de Florida, Ron DeSantis movilizó a la Guardia Nacional y a miles de personas para posibles operaciones de búsqueda y rescate y restablecimiento de la energía.