El huracán Helene, ahora clasificado como huracán de categoría 4, se aproxima a la costa de Big Bend, Florida, con vientos sostenidos de hasta 215 kilómetros por hora. El Centro Nacional de Huracanes (NHC) ha advertido sobre marejadas ciclónicas que podrían alcanzar hasta seis metros, poniendo en riesgo la vida de los residentes de la región. El NHC espera que el huracán toque tierra la noche del jueves, provocando inundaciones y daños generalizados.

Las autoridades han cerrado los aeropuertos de Tampa y Tallahassee, y el gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha pedido a los residentes que evacúen las zonas de mayor riesgo antes de la llegada de la tormenta. DeSantis también movilizó a la Guardia Nacional para las posibles operaciones de rescate y restauración de servicios esenciales. La región se encuentra bajo estado de emergencia, con la amenaza de tornados y deslizamientos de tierra en Florida, Georgia y las Carolinas.

Helene ya afectó la península de Yucatán en México y podría convertirse en el huracán más potente en golpear Estados Unidos en más de un año. En las últimas semanas, diversas tormentas han impactado varias regiones del mundo, y científicos atribuyen esta intensificación de los fenómenos a los efectos del cambio climático y al calentamiento de las aguas oceánicas.