Badiraguato, un pueblo pintoresco y agrícola de difícil acceso en los límites del “Triángulo Dorado”, región comprendida entre los estados de Chihuahua, Sinaloa y Durango, ha sido cuna de algunos de lo más notorios -y exitosos- traficantes de drogas:
Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, de 63 años, y sus aliados del Cártel de Sinaloa, Rafael Caro Quintero y Juan José Esparragoza, alias “El Azul”, los tres entrados en los setenta.
El pueblo, que se extiende hasta escarpadas laderas donde las condiciones pueden ser muy básicas, tiene poco más de 32 mil habitantes de los cuales oficialmente el 75 por ciento vive en la pobreza.
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En 2015, al menos la mitad de los habitantes de Badiraguato cultivaban mariguana, la misma droga que Guzmán cultivó junto con su padre cuando era un niño pobre de la Sierra en el poblado de la Tuna, mucho antes de que se hiciera tan rico y la revista Forbes lo incluyera en su lista de multimillonarios.
Con algunas de las tierras más ricas de México, Sinaloa se convirtió en el mayor productor de mariguana a inicios del siglo pasado, y después, de opio y heroína, luego de que emigrantes chinos trajeron las semillas al cruzar el Pacífico.
En otros tiempos la mayoría de la producción de la heroína que consumía EEUU provenía de Colombia, pero con la caída de los carteles colombianos a mediados de la década de los 90, ese mercado fue tomado poco a poco por los mexicanos, muchos de los cuales ubicaron sus cultivos en la Sierra Madre Occidental.
La mamá de ‘El Chapo’ aún vive en el rancho de la familia Guzmán de La Tuna, a unos kilómetros de Badiraguato; el presidente López Obrador fue fotografiado saludando a la madre del narcotraficante durante su gira de trabajo en marzo pasado.
Caro Quintero, el Narco de Narcos, fue uno de los fundadores del llamado Cártel de Guadalajara, ya desaparecido, y en 1985 fue detenido y acusado por el asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena y de su piloto.
Juan José Esparragoza “El Azul”, un antiguo espía mexicano, es buscado por autoridades de México, donde se ofrece una recompensa de 30 millones de pesos (1,55 millones de dólares / 1,43 millones de euros), y de Estados Unidos, que tienen una oferta de cinco millones de dólares ( 4,6 millones de euros) por información que lleve a su captura, algunos dudan de que siga vivo.
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