Las fuerzas de seguridad están buscando a unas 50 mujeres secuestradas por presuntos yihadistas en el norte de Burkina Faso, golpeado por la insurgencia, dijo el lunes un gobernador regional.
“Tan pronto como se anunció su desaparición, se iniciaron esfuerzos para encontrar a todas estas víctimas inocentes sanas y salvas”, dijo el gobernador regional del Sahel, teniente coronel Rodolphe Sorgho, en un comunicado.
“Se están utilizando todos los medios disponibles, por aire y por tierra, para encontrar a estas mujeres”, dijo a la AFP una fuente de seguridad.
“Aviones sobrevuelan la zona para detectar cualquier movimiento sospechoso”.
Sorgho dijo que más de 50 mujeres fueron llevadas el jueves y viernes alrededor de Arbinda, en un área bloqueada por grupos yihadistas y que depende de los suministros de alimentos del exterior.
“Mientras buscaban frutos silvestres, estas esposas, madres y niñas fueron secuestradas injustamente por hombres armados”, dijo el gobernador.
Varias mujeres lograron escapar y regresar a sus pueblos para dar la alarma.
Según funcionarios locales, el ejército y auxiliares civiles habían llevado a cabo infructuosos barridos de la zona.
El país sin salida al mar de África occidental es una de las naciones más pobres y volátiles del mundo.
Desde 2015, ha luchado contra una insurgencia liderada por yihadistas afiliados a Al-Qaeda y al grupo Estado Islámico que ha matado a miles y desplazado a alrededor de dos millones de personas.
“Es el primer secuestro realmente grande desde que comenzó la crisis de seguridad”, dijo un alto oficial cercano al cuartel general de las fuerzas armadas.
“Se debe hacer todo lo posible para evitar una tragedia o una repetición”.
Francia, aliado de Burkina Faso y antigua potencia colonial, emitió un comunicado condenando el secuestro y pidiendo la liberación inmediata de las mujeres.
A menudo, los civiles han sido objeto de ataques en Arbinda y sus alrededores.
En agosto de 2021, 80 personas, incluidos 65 civiles, murieron en un ataque contra un convoy que los llevaba a Arbinda.
En muchas partes de Burkina, los cultivos ya no se pueden cultivar debido al conflicto.
En noviembre de 2022, Idrissa Badini, portavoz de la sociedad civil, dio la alarma sobre la situación en Arbinda y dijo: “La población, que ha agotado sus reservas, está al borde de un desastre humanitario”.
Las Naciones Unidas dicen que casi un millón de personas viven en áreas bloqueadas en el norte y el este de Burkina Faso.
Oficiales del ejército descontentos llevaron a cabo dos golpes de estado en Uagadugú el año pasado, en una muestra de ira por los fracasos en hacer retroceder a la insurgencia.
El último líder de la junta es el capitán Ibrahim Traore, de 34 años, quien tomó el poder el 30 de septiembre.
Ha hecho de la seguridad la prioridad número uno del régimen, reforzando una milicia de voluntarios y poniendo su mirada en “reconquistar el territorio ocupado por las hordas de terroristas”.
