En un pequeño pueblo minero en el frente oriental de Ucrania, se libra una lucha por la superioridad estratégica en un campo de batalla lleno de simbolismo a medida que se acerca el primer aniversario de la invasión de Rusia.
La ciudad de Vuhledar, que significa “regalo de carbón”, se ha convertido en un punto crítico en la lucha por la provincia de Donetsk que les daría a ambos lados, las fuerzas ucranianas que controlan el centro urbano y los rusos posicionados en los suburbios, una táctica ventaja en la gran batalla por la región de Donbas.
Ubicada en un plano elevado que es uno de los pocos lugares de alto terreno en el área, su captura sería un paso importante para que Rusia interrumpa las líneas de suministro ucranianas. Asegurar Vuhledar le daría a Ucrania una plataforma de lanzamiento potencial para futuras contraofensivas en el sur.
Luego está el peso simbólico: Vuhledar está cerca de la frontera administrativa de la provincia de Donetsk, y ganarla jugaría con el mayor objetivo de Rusia de controlar la región en su conjunto.
“El centro de gravedad del esfuerzo militar ruso está en Donetsk, y Vuhledar es básicamente el flanco sur de eso”, dijo Gustav Gressel, miembro principal de política de la oficina de Berlín del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
La dura lucha para ganar el área le ha costado mano de obra y armas a Rusia, ya que los ucranianos continúan manteniendo las líneas defensivas. Rusia envía grupos de exploradores del tamaño de un batallón para investigar las líneas ucranianas y disparar artillería hacia sus posiciones con miras a avanzar hacia el norte, hacia la crítica carretera N15, una ruta de suministro clave.
En declaraciones esta semana, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, dijo que las tropas rusas avanzaban “con éxito” en Vuhledar. Mientras tanto, una sesión informativa de inteligencia de defensa británica dijo que el objetivo de Rusia era capturar áreas desocupadas de Donetsk en poder de Ucrania, pero que era poco probable que acumulara las fuerzas necesarias para cambiar el resultado de la guerra.
La población de 14.000 habitantes de Vuhledar antes de la guerra se ha reducido a unos 300. La mayoría de los residentes de la ciudad trabajaban en la mina de carbón y en las fábricas cercanas antes de la guerra.
Olha Kyseliova, que fue evacuada recientemente, trabajaba en una fábrica de ladrillos antes de que los enfrentamientos cambiaran su vida.
Las fuerzas rusas intensificaron los ataques a partir del 24 de enero, dijeron los residentes. Ese día, un misil atravesó el edificio de nueve pisos de Kyseliova. Se estaba refugiando en el sótano con sus tres hijos y salió para encontrar un agujero en el techo de su apartamento del tercer piso.
Ese fue el momento en que decidió que tenía que dejar su ciudad natal. “Lloré todo el camino, no quería irme”, dijo.
Tres brigadas ucranianas están posicionadas en Vuhledar y en las afueras de la ciudad. The Associated Press habló con cinco comandantes de unidades de los tres, quienes proporcionaron solo sus nombres de pila de acuerdo con la política militar de Ucrania. Las 155 tropas de infantería de marina de Rusia están posicionadas a solo cuatro kilómetros (dos millas) de distancia en los suburbios de Vuhledar.
Para ambos bandos, la ciudad es tácticamente importante.
“Es uno de los principales puntos logísticos de la región de Donbas, y también uno de los principales puntos de elevación”, dijo Maksym, comandante adjunto de un batallón de infantería de marina ucraniano. “Al capturar Vuhledar, los rusos pueden ocupar fácilmente toda la región de Donetsk”.
Apoderarse de Vuhledar permitiría a Rusia avanzar y amenazar las líneas de suministro ucranianas que alimentan la feroz línea del frente de Marinka en el norte, dijo Gressel, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. Para Ucrania, Vuhledar sería una plataforma de lanzamiento para futuras contraofensivas hacia Mariupol y Berdiansk.
Desde su posición en la ciudad, las fuerzas ucranianas pueden ver las líneas rusas y hasta ahora han podido repeler los intentos rusos de rodear Vuhledar. Columnas de tanques y vehículos blindados rusos que transportan soldados de infantería atacan continuamente e intentan romper las defensas ucranianas. La aviación, los cohetes y la artillería apuntan a la ciudad.
“Pero con nuestros cazas y equipo antitanque, sus intentos no han tenido éxito”, dijo Maksym, el subcomandante ucraniano. “La situación es tensa, pero controlada”.
Al igual que otras líneas del frente a lo largo del este, los rusos están perdiendo decenas de soldados de infantería en un intento de cansar y debilitar las líneas defensivas ucranianas. Serhii, el comandante de una unidad de inteligencia ucraniana, dijo que vio soldados rusos enviados directamente a través de campos minados por los ucranianos luego de la captura de Rusia de la aldea de Pavlivka, al sur de Vuhledar, en noviembre.
“Desminan nuestros campos usando a su propia gente”, dijo.
Los comandantes ucranianos dijeron que algunas de sus unidades sufren una grave escasez de municiones.
Esa opinión no fue compartida por todas las brigadas, lo que sugiere que algunas están mejor abastecidas que otras. Taras, el comandante de una unidad de morteros, dijo que sus fuerzas sufrían escasez muy grave. Ante las órdenes de apuntar a una posición enemiga, dijo: “Solo tengo dos o tres rondas de municiones para hacerlo. No es nada.”
Dos comandantes de una brigada dentro de Vuhledar informaron que los rusos lanzaron proyectiles cargados de gas que causaron desorientación severa durante horas y quemaduras en la garganta y la piel. Los comandantes de alto rango no comentaron sobre el tipo de gas utilizado y dijeron que se estaba llevando a cabo una investigación.
“Nos están investigando y probando en la línea del frente oriental, incluso en Vuhledar”, dijo Oleksandr, un comandante que recientemente fue rotado fuera de la ciudad. “Están tratando de encontrar nuestros puntos débiles”.
Por ahora, las actividades de Rusia en torno a Vuhledar no son “operativamente significativas”, dijo Kateryna Stepanenko, analista de Rusia del Instituto para el Estudio de la Guerra, un grupo de expertos con sede en Estados Unidos. Se requiere más poder de combate para ejecutar avances que lograrían el objetivo declarado de la invasión rusa: la captura de toda la provincia de Donetsk.
Incluso en caso de victoria en Vuhledar, Rusia aún necesitaría mucho poder de combate para avanzar hacia el norte. Tres meses después de capturar la aldea de Pavlivka en noviembre, las fuerzas rusas aún no han hecho avances en Vuhledar, que está a solo cuatro kilómetros, seis minutos en automóvil, de distancia.
“No es significativo desde el punto de vista operativo porque los rusos aún tendrán que luchar por más territorio para interrumpir significativamente las líneas terrestres de comunicación de Ucrania con el oeste de Donetsk”, dijo Stepanenko. Vuhledar es solo “un asentamiento en camino, donde ya están sufriendo pérdidas significativas y donde ya parecen haber sufrido pérdidas en el área antes”.
Mientras tanto, los últimos residentes de Vuhledar dijeron que se quedan donde están.
Oleksandra Havrylko, oficial de prensa de la policía de la región de Donetsk, suplica a los que quedan que abandonen la zona devastada. La mayoría pasa sus días escondiéndose en sótanos, saliendo cuando hay pausas en la lucha para cargar teléfonos y reunir suministros en los puntos de refugio de la ciudad, llamados “centros de invencibilidad”.
Todos menos uno de los niños de la ciudad han sido evacuados. El padre de un joven de 15 años, el último menor que queda en el pueblo, se niega a separarse de su hijo o abandonar el área, dijo.
“Hay gente en la ciudad que no quiere ser evacuada, lo intentamos muchas veces”, dijo. La mayoría nunca se ha aventurado lejos de su ciudad natal.
