Alemania ha extendido sus controles fronterizos a todas las fronteras del país, incluyendo las del norte y el oeste, además de las del este y sur.

Esta medida, que se aplicará por al menos seis meses, entrando en vigencia a partir del lunes 16 de septiembre, esto afecta a las fronteras con Dinamarca, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y Francia.

La ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, justificó la expansión de los controles debido al alto número de inmigrantes no autorizados y la sobrecarga del sistema de asilo.

El primer ministro polaco, Donald Tusk, ha criticado la medida, argumentando que pone en peligro el sistema de libre tránsito de Schengen, que permite la movilidad sin controles en las fronteras internas.

Por otro lado, Francia lidera en la implementación de controles fronterizos desde los atentados de 2015 y 2016, utilizando diversas justificaciones como la amenaza terrorista y la presión migratoria.

Alemania ha mantenido controles en su frontera con Austria desde 2015, y Austria a su vez vigila sus fronteras con Eslovaquia, la República Checa, Hungría y Eslovenia.