Todos dependemos de la energía para calentar o refrigerar nuestro hogar, poner en marcha los vehículos y realizar muchas actividades diarias. Pero por todo el mundo, la gente afronta graves problemas relacionados con la energía. Todos podemos decidir usar bien la energía. Ser ahorrativos e inteligentes en el uso que le demos nos beneficia. Si consumimos menos, pagamos menos. Además, al no aumentar innecesariamente la creciente demanda de energía, contribuimos a proteger el medio ambiente.
Veamos tres áreas en las que podemos usar la energía de manera eficiente: el hogar, el transporte y las actividades diarias. Siendo ahorrativos en el uso de la calefacción y el aire acondicionado. Un estudio realizado en un país europeo indicó que bajar tan solo dos grados la calefacción en invierno era la manera más eficaz de ahorrar energía durante el año.
Manteniendo cerradas las puertas y ventanas cuando esté encendida la calefacción o el aire acondicionado. Impedir que se escape el aire frío o caliente es una forma de no desperdiciar energía. Dejar una puerta abierta en un día frío hace que se necesite mucha más energía para calentar una casa. Además de mantener cerradas las puertas y ventanas, algunas personas instalan mejores sistemas de aislamiento y ventanas diseñadas para conservar la temperatura. Así han reducido aún más la energía que se pierde en sus casas.
Usando luces de bajo consumo. “En vez de usar las tradicionales bombillas incandescentes podemos cambiarlas a las nuevas de bajo consumo”. Aunque los productos de iluminación de bajo consumo suelen ser más caros, gastan mucha menos energía durante su vida útil, por lo que, a largo plazo, ahorran dinero.
Usando el transporte público si le es posible. El libro Energy: What Everyone Needs to Know menciona que los automóviles consumen al menos tres veces más combustible por pasajero que los autobuses o los trenes.
Planificando los viajes. Con buena organización, puede reducir la cantidad de viajes que necesite hacer; así gastará menos combustible y ahorrará tiempo y dinero.
Reduciendo el consumo de agua caliente. Según un estudio realizado en Australia, el uso doméstico de agua caliente constituye el 1,3% del gasto de energía de las ciudades de ese país, lo que equivale al 27% de toda la energía que se consume en los hogares. Si calentar agua consume energía, usar menos agua caliente ahorra energía. Intentar usar la menor cantidad posible de agua caliente cuando nos duchamos. Al ahorrar agua caliente, todos salimos ganando dice el científico Steven Kenway: los consumidores gastan menos agua y energía, se reduce la demanda para las compañías proveedoras y las familias ahorran dinero.
Apagando los aparatos. Por ejemplo, luces, electrodomésticos y dispositivos electrónicos, como televisores y computadoras. Muchos de estos aparatos siguen consumiendo energía incluso cuando están apagados. Para un ahorro mayor, algunos especialistas recomiendan desenchufarlos de su fuente de energía o usar un enchufe múltiple con interruptor, que al apagarlo desconecte los aparatos del todo.
A nivel individual es poco lo que podemos hacer para controlar el costo de la energía o la contaminación que genera producirla. Pero, como hemos visto, podemos decidir usar bien la energía. Gente de todo el mundo está hallando formas de hacerlo. Es verdad que ahorrar energía da más trabajo y exige planificación, pero trae muchos beneficios. Valeria, de México, lo resume así: Ahorro dinero y cuido el medioambiente.
También te puede interesar leer esto:Hacen conciencia sobre el peligro de manejar bajo los efectos del alcohol