Se ha demostrado que las cáscaras de alimentos son eficientes en la producción de materiales biodegradables. Existen muchos usos de los subproductos de la industria para la fabricación de alternativas a los plásticos convencionales. En México, por ejemplo, una estudiante Giselle Mendoza ganó un concurso nacional de producción de bioplásticos con cáscaras de naranja.
Una alternativa de material flexible y transparente al plástico convencional.
100% biodegradable, el bioplástico está hecho con cáscara de naranja y bagazo o pulpa, un material abundante en su país.
«En el Océano Pacífico hay una gran acumulación de residuos plásticos, la cual equivale al tamaño de Francia. Las predicciones sugieren que para 2050 habrá más desechos plásticos en el mar que los peces. He vinculado esto con una gran oportunidad, especialmente para nuestro país, el quinto productor de naranjas en el mundo», dijo Giselle.
Según Giselle, México produce un volumen anual promedio de 4.5 millones de toneladas de naranjas, pero entre 40 y 65% terminan en la basura.
En una entrevista con Forbes, Giselle dijo que ha hecho alianzas con los productores para garantizar un costo casi nulo de las materias primas o a precios bajos por tonelada, para que pueda obtener los residuos de naranja prácticamente gratis. También señaló que las naranjas son abundantes en varias regiones del mundo y que, por esta razón, han surgido intereses de otros países en estos biomateriales.
También eligió las naranjas por su alto contenido de celulosa, que incluso se pueden extraer para hacer telas. Además, se consideraron sus propiedades medicinales y nutricionales. Por esta razón, existe la posibilidad de aplicar su bioplásico con cáscara de naranja en la agricultura, en el sector del embalaje e incluso en la biomedicina. Pero este último es un objetivo que aún necesita mucho desarrollo e investigación, en el corto plazo la intención es reemplazar los envases de PET. Este ya es un objetivo suficientemente importante.