El secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, descartó permitir a Ucrania usar armas de largo alcance para atacar objetivos en territorio ruso. Austin enfatizó la importancia de una estrategia integrada, destacando que no se trata de un solo tipo de armamento, sino de la combinación de capacidades y su integración en el campo de batalla.

Durante una reunión del grupo de contacto en la base militar de Ramstein, a la que asistió por primera vez el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, Austin aclaró que el apoyo de EE.UU. se centrará en la defensa de Ucrania sin escalar el conflicto hacia ataques directos en suelo ruso. Zelenski, por su parte, abogó por la autorización de estos ataques para fortalecer la respuesta ucraniana.

Austin subrayó que, a pesar de la negativa, EE.UU. continuará proporcionando ayuda militar significativa a Ucrania, como parte de los esfuerzos para fortalecer su defensa. En este sentido, anticipó un nuevo paquete de asistencia por 250 millones de dólares, que incluirá sistemas antiaéreos, vehículos acorazados y armas antitanque.

La decisión de no autorizar ataques de largo alcance se justifica, según Austin, en la necesidad de evitar una mayor escalada del conflicto y en la reubicación de las fuerzas rusas fuera del alcance de las armas ucranianas. Austin concluyó que EE.UU. seguirá comprometido en ayudar a Ucrania a defender su territorio soberano sin provocar una confrontación directa con Rusia.