Los Juegos Olímpicos tienen un nuevo campeón en los 100 metros libres de atletismo. La disciplina, que por años tuvo a Usain Bolt como el único dueño, en esta edición de Tokio 2020 cambió de manos después de que Lamont Marcell Jacobs se impusiera en la pista con un tiempo de 9.80 segundos. La medalla de plata fue para el estadounidense Fred Kerley (9.84) y la de bronce para el canadiense Andre de Grasse (9.89).
Japón ya tiene al hombre más rápido de la cita olímpica en una de las pruebas que más interrogantes despertaba después del retiro de El Rayo, quien acaparó todas las medallas de oro de la categoría tras lo hecho en Pekin 2008, Londres 2012 y Río 2016.
El italiano, que llegaba como una de las sorpresas a Tokio después de lo hecho durante la temporada, logró imponerse a los otros seis corredores (el británico Zharnel Hughes salió en falso) entre los que se encontraban también el sudafricano Akani Simdine (9.93) y el estadounidense Ronnie Baker (9.95).
Además, entre ellos también estuvo el chino Su Bingtian (9.98), el nigeriano Enoch Adegoke.
Jacobs se convirtió en el primer atleta europeo que se proclama campeón olímpico en la línea recta desde el británico Linford Christie en Barcelona-1992. Con su tiempo, batió el récord europeo pero no logró convertirse en el más rápido del mundo en esta disciplina, marca que continúa perteneciéndole a la leyenda jamaiquina Usain Bolt.
El Rayo estableció el récord mundial en el campeonato disputado en Berlín 2009 (Alemania) al correr los 100 metros en 9,58 segundos, mientras que su marca olímpica la logró en los Juegos de Londres 2012, y todavía continúa vigente (9.63).
La sorpresa
El estadounidense Trayvon Bromell, favorito de los 100 metros antes del comienzo de la cita olímpica, quedó eliminado en las semifinales de este domingo, en una velada que se presentó con pronóstico incierto. Bromell, que firmó el crono más rápido de 2021 con 9.77 en junio, apenas pudo ser tercero en la segunda serie de las semifinales, con un tiempo de 10.00.