La actriz Lena Headey, famosa por interpretar a Cersei Lannister en ‘Game of Thrones’ se sumó a las 44 mujeres que hasta ahora han acusado al productor Harvey Weinstein de acoso sexual.
“Me sentí impotente”, fue lo que declaró Lena Headey sobre el terrible encuentro que tuvo con Weinstein.
La actriz relató que conoció al productor en una edición del Festival de Venecia, donde se estaba presentando una película en la que ella participó: ‘Los hermanos Grimm’.
“Durante el rodaje fui sometida a una intimidación interminable por parte del director Terry Gilliam“, señaló.
Headey contó que Weinstein le hizo un comentario sugerente, ella río, y dijo que estaba en shock, recordó haberle dicho algo como: “Vamos, sería como besar a mi papá” e irse.
La segunda vez fue en Los Ángeles y fue peor, según cuenta la actriz encargada de dar vida a Cersei Lannister:
“La siguiente vez fue en Los Ángeles. Años después. Siempre había pensado que nunca volvería a intentar nada conmigo, después de reírme y decir “nunca en un millón de años”. Creía que él respetaba mi límite y tal vez quería hablar sobre el trabajo .
Me pidió que nos reunieramos. Desayunamos, hablamos de cine. Me hizo algunas preguntas sobre mi vida amorosa. Cambié la conversación a algo menos personal. Luego fue al baño. Regresó y dijo: “Subamos a la habitación, quiero darte un guión”.
Caminamos hacia el elevador y el ambiente cambió. Todo mi cuerpo entró en alerta máxima. El ascensor estaba subiendo y le dije a Harvey: “No me interesa nada más que trabajar, por favor, no creas que vine aquí con tu otra razón, nada va a pasar”. No sé lo que me poseyó para hablar en ese momento, solo que tenía una fuerte sensación de ‘no te acerques a mí’ “.
“Él estaba en silencio, furioso. Salimos del elevador y caminamos a su habitación.
“Su mano estaba en mi espalda, él me estaba empujando hacia adelante en silencio.
“Me sentí completamente impotente, probó su tarjeta de acceso y no funcionó. Luego se enojó mucho. Me acompañó de regreso al elevador, atravesé el hotel y crucé al valet. Pagó mi auto y me susurró al oído: “No le digas nada a nadie sobre esto, ni a tu gerente, ni a tu agente”. Entré en mi automóvil y lloré “.