Elon Musk ha sido cuestionado tras sus declaraciones sobre la productividad laboral. A través de X, el magnate afirmó que su equipo en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) trabaja 120 horas a la semana, en contraste con el “optimismo” de quienes cumplen una jornada de 40 horas.

Desde su nombramiento por Donald Trump como líder de DOGE, Musk ha implementado medidas drásticas, incluyendo despidos masivos y acceso a datos gubernamentales sensibles. Además, ha pedido a personas con un “coeficiente intelectual muy alto” que trabajen sin recibir pago, asegurando que la tarea será tediosa, difícil y sin compensación.

Estas decisiones han sido objeto de debate entre defensores de los derechos laborales, quienes advierten que las políticas de Musk podrían derivar en acciones legales. Mientras algunos ven en DOGE un intento de modernizar la administración pública, otros lo consideran una amenaza a las condiciones laborales.