En un tribunal militar ruso se ordenó el arresto por dos meses del general Vadim Shamarin, jefe adjunto del Estado Mayor General para las comunicaciones, bajo acusaciones de corrupción. 

Esta detención se produce en el contexto de una reestructuración significativa del liderazgo militar en Moscú, tras más de dos años de la invasión rusa a Ucrania y pocos días después del nombramiento de un nuevo ministro de Defensa por el presidente Vladimir Putin.

De esta forma, Shamarin es acusado de aceptar sobornos a gran escala, un delito que en Rusia puede acarrear una pena de hasta 15 años de prisión. La decisión de mantenerlo en custodia fue tomada por un tribunal militar, según reportaron las agencias de noticias estatales rusas, que citaron al servicio de prensa del tribunal.

Este arresto marca el cuarto de una figura de alto rango del sector de defensa desde abril. En ese mes, el viceministro de Defensa, Timur Ivanov, fue puesto en prisión preventiva también bajo sospecha de haber aceptado sobornos. 

Posteriormente, el teniente general Yuri Kuznetsov, jefe de personal del Ministerio de Defensa, y el mayor general Ivan Popov, excomandante de la 58 división del ejército ruso, fueron igualmente detenidos.

Estas detenciones reflejan una ola de purgas y reformas dentro de las fuerzas armadas rusas, posiblemente impulsadas por la necesidad de consolidar el poder y eliminar la corrupción en un momento crítico para el país.

Finalmente, la situación subraya la creciente tensión y las luchas internas dentro del aparato de defensa ruso, mientras el país enfrenta desafíos tanto en el frente interno como en el externo. La campaña anticorrupción dentro del ejército podría estar destinada a mejorar la eficacia y la moral de las tropas, así como a restaurar la confianza en el liderazgo militar.