En un acto impactante, ISIS se atribuyó las explosiones que tuvieron lugar en el sur de Irán, cerca de la tumba del comandante militar Qasem Soleimani, fallecido en 2020 por un bombardeo de Estados Unidos. Estas explosiones, que dejaron al menos 84 muertos y 284 heridos, representan el ataque más letal en Irán desde su revolución en 1979.

La declaración de ISIS, emitida más de 24 horas después de las explosiones, menciona dos atacantes suicidas que detonaron sus chalecos explosivos durante una reunión conmemorativa cerca de la tumba de Soleimani en Kerman. El grupo considera herética la rama chiita del Islam y ha atacado previamente lugares religiosos en Irán.

A pesar de la reivindicación de ISIS, la versión de los eventos difiere de la ofrecida por los medios iraníes, y el número de muertos reportado por el grupo extremista es significativamente mayor que el proporcionado por las autoridades iraníes. Irán aún no ha respondido a esta reivindicación de responsabilidad.

Las explosiones, ocurridas en rápida sucesión, se describieron como un acto terrorista, aunque aún existen discrepancias sobre su origen. Los videos muestran escenas de caos, con personas huyendo y cuerpos en el suelo, mientras ambulancias intentan abrirse paso.

Estas explosiones han sacudido a Irán, llevando al presidente a cancelar un viaje a Turquía y declarar un día de luto nacional. Las acusaciones iniciales apuntaban a Israel, aunque no hubo comentarios oficiales al respecto por parte del Ejército israelí. Este incidente evoca recuerdos de la muerte de Soleimani en 2020, quien era una figura poderosa en Irán y clave en las operaciones militares en la región.