Lilian Beatriz Méndez Ramírez, de 27 años, licenciada en Relaciones Públicas y que estudiaba una Maestría, pagaba todos lo paseos con su novio, Henry Alberto Salazar Burgos, de 26 años, durante los tres años de relación, hasta que salió embarazada de él.
Tuvieron una relación de noviazgo desde el 2013 hasta el 2015. En febrero de 2017 se reencontraron y fue cuando Méndez quedó embarazada.
"También hemos establecido que quien pagaba las salidas, era ella. Además, tenemos que el día del Feminicidio ambos salieron juntos del parqueo del trabajo de ella", Douglas Meléndez, Fiscal General pic.twitter.com/uSq5DVD12k
— Fiscalía General de la República El Salvador (@FGR_SV) May 30, 2018
Desde que Burgos se enteró que esperaba un hijo suyo se negó rotundamente a responsabilizarse del bebé y le pidió que abortara, pero ella no aceptó por lo que nuevamente perdieron comunicación y ella siguió sola con su embarazo.
Hasta aquel 20 de octubre de ese mismo año que se reencontraron cerca de un centro comercial ubicado en el bulevar Los Héroes de San Salvador por una petición Méndez para que Salazar se hiciera responsable económicamente.
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Ella nunca se imaginó que al subir al carro con él, encontraría la muerte y la de su pequeñito que ya estaba por nacer y por quien se había cuidado tanto para que naciera con bien.
Nadie se podría imaginar que el padre de su hijo fuera capaz de cometer tan horrible crimen con tal de quedar libre de toda responsabilidad y seguir con su vida y nueva pareja.
Méndez Ramírez, de ese carro ya no bajó con vida, ya no volvió a casa, donde con mucho amor había adecuado el cuarto y preparado la cuna en la que dormiría su hijo al nacer.
Fue estrangulada y luego abandonado su cadáver a poca distancia de la carretera a Comalapa, en la jurisdicción de Olocuilta.