El estrés de la vida diaría, sumado al que provoca la pandemia del coronavirus ha provocado que muchas personas tengan problemas para dormir.
El año pasado, finalmente iba a poder dormir bien.
Mi hija más pequeña cumplía 4 años, así que ya eran menos frecuentes las interrupciones después de la medianoche para arreglar sus cobijas y recoger sus muñecos de peluche.
Los horarios de mi vida laboral y familiar eran predecibles. Los martes y los sábados practicaba bikram yoga.
Tenía un colchón firme recomendado por muchos sitios de internet respetables de reseñas.
Sin embargo, llegó una pandemia que ha matado a más de dos millones de personas y modificado la estructura de nuestros días y nuestras noches.
Desde marzo hasta la fecha, se han disparado en Google las búsquedas de “insomnio por covid” así como de “¿por qué no puedo dormir durante la cuarentena?”.
Los estudios realizados desde India hasta Italia señalan que la calidad del sueño se ha visto impactada de manera negativa por los cambios de vida asociados con el covid.
Mi principal problema siempre ha sido conciliar el sueño.
En una buena noche, tardo 45 minutos en quedarme dormida; en las noches malas, puedo tardar cerca de dos horas.
No es la primera vez que padezco de insomnio antes de la pandemia, durante periodos de estrés, tenía problemas intermitentes para quedarme dormida así que ya me sé todos los trucos relacionados con la higiene del sueño para los adultos.
Consejos del neurólogo para dormir mejor
¿Sientes que pasas horas tratando de quedarte dormido? ¿Te ha pasado que duermes, pero al siguiente día te levantas cansado?
¿Estás buscando consejos para dormir mejor?
Dormir bien se traduce en beneficios para la salud física y mental. Además de ser placentero, dormir es una necesidad fisiológica básica.
Los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, (NIH), señalan que dormir ayuda a que el cuerpo mantenga su equilibrio; descansar es necesario para el cerebro y todos los tejidos del cuerpo.
“Dormir influye en las hormonas de crecimiento y del estrés, nuestro sistema inmunitario, el apetito, la respiración, la presión arterial y la salud cardiovascular.”