Es bien sabido por muchos que uno de los pilares fundamentales para mejorar nuestra calidad de vida es llevar una alimentación saludable.
Sin embargo, para muchas personas esto es algo que implica sacrificio y estar dispuesto a gastar más en cada ida al supermercado. Pero si pensamos en este asunto con calma, nos daremos cuenta de que esto no es necesariamente cierto.
Por este motivo, hoy hemos preparado un artículo donde aprenderemos a llevar hábitos alimenticios más sanos, sin que esto implique gastar más dinero del necesario.
La importancia de la alimentación saludable
Tener una alimentación sana es una decisión personal que traerá como consecuencia toda una serie de cambios positivos en muchos aspectos de la vida.
Ciertamente es algo que no debe de ser tomado a la ligera. Empezar a comer de forma adecuada involucra disciplina, compromiso y ser más conscientes de qué comemos y a qué hora debemos comer.
Pero esto no quiere decir necesariamente que debamos de renunciar a todas las comidas que nos gustan para empezar a vivir solo de ensaladas y batidos de frutas.
Algo importante que se debe tener presente es que la base de una alimentación sana es el tipo de alimentos que se ingieren y las porciones que se sirven.
Una vez tengamos ambos principios bien aprendidos, todo el proceso se empieza a volver menos complejo de lo que parecía al inicio.
Más allá de un asunto de abstinencia total, una dieta saludable consiste más en conocer el valor nutricional de cada grupo de alimentos y evitar los excesos.
Hoy en día, el internet nos da la posibilidad de tener acceso a muchas recetas que, además de saludables, son realmente deliciosas y fáciles de hacer en casa.
De aquí parte otro de los principios fundamentales de la alimentación sana: La mejor forma de comer saludable es preparar nosotros mismos cada una de nuestras comidas.
Esto nos da la posibilidad de tener mucho más control sobre la cantidad de sal, especias y aceites que se utilizan para preparar cada platillo.
Aunque podría parecer una frase algo gastada, cada pequeño cambio que hagamos en nuestra alimentación se verá directamente reflejado en varios aspectos de nuestra vida cotidiana.
Hay estudios científicos importantes que han corroborado cómo la calidad de vida de las personas mejora considerablemente con una mejor alimentación. Pero esto va mucho más allá que solo conservar un mejor estado físico, digerir mejor los alimentos o incluso perder peso.
Se ha comprobado que las personas con una alimentación saludable son mucho más enérgicas, tienen un ciclo de sueño más sano e incluso son menos propensas a sufrir ataques de ansiedad.
Muchos nutricionistas y psicólogos coinciden en que para llevar un estilo de vida mucho más saludable es fundamental comer bien, descansar bien y hacer ejercicio de forma regular.
Pero algo curioso es que cada uno de estos pilares para la vida saludable no son elementos aislados. Al ejercitarnos gastamos una cantidad importante de energía que nuestro cuerpo reserva, estas se pueden reponer con las comidas y el descanso.
Llevar una vida más sana es algo totalmente posible, incluso con el estilo de vida tan acelerado que llevamos muchos en la actualidad. El secreto es aprender a administrar el tiempo para incluir ciertos hábitos más saludables dentro de nuestro día a día.
El equilibrio entre la salud y el bolsillo
Uno de los mitos más grandes que existen en la cultura popular, es que la alimentación saludable es un asunto que involucra un gasto mayor al ir a comprar víveres. La verdad es que esto no es necesariamente cierto.
Si bien no podemos negar que en ocasiones es necesario invertir un poco más en algunos productos, esto no tiene que convertirse en algo que afectará irremediablemente nuestras finanzas.
La forma más rápida de solucionar este tipo de situaciones es preparar una lista de compras con antelación y destinar un presupuesto fijo para la misma.
Esto no solamente nos ayuda a tomar todo el asunto de la alimentación sana con la seriedad que corresponde, sino que además sirve de estímulo para salir de nuestra zona de confort, obligándonos a buscar formas creativas para hacer valer cada centavo.
Aunque comprar todos los comestibles en el supermercado puede ser la opción más fácil, esto puede resultar algo contraproducente cuando hablamos de apegarnos a un presupuesto.
Para nadie es un secreto que muchos de los alimentos disponibles en el supermercado cuentan con un precio considerablemente alto. Sobre todo en los productos agrícolas como son los vegetales, los granos y las frutas.
Pero en la actualidad existe un fenómeno que resulta más conveniente para nosotros como consumidores. Hoy en día las personas son más conscientes de lo que comen y cómo esto influye en su salud.
Todo esto ha aumentado la demanda por productos orgánicos y libres de cualquier tipo de intervención humana.
Ahora los mercados de agricultores están volviéndose sumamente populares en muchas partes del mundo. Aquí no solo se pueden conseguir frutas y vegetales más frescos, sino que también a precios más razonables.
Un truco bastante útil para rendir mejor nuestro presupuesto es tener en cuenta que entre más intermediarios estén involucrados, el precio del producto será mayor.
Por lo tanto, resulta más rentable limitar la compra del supermercado a ciertos productos específicos. Como por ejemplo los lácteos y algunas frutas congeladas que están disponibles fuera de temporada.
Como podemos ver, llevar una alimentación sana sin salirnos de nuestro presupuesto es algo completamente posible. Solo necesitamos organizarnos muy bien y saber a qué lugar acudir para obtener productos de calidad al precio más conveniente.
Aprende a comer sano y barato
El primer paso que tenemos que dar para empezar a comer más sanamente, es realmente comprometernos a hacer lo necesario para mejorar nuestra alimentación.
Hay que estar muy conscientes de que una alimentación sana requiere única y estrictamente de nosotros. El compromiso, la disciplina y nunca perder de vista nuestro objetivo, son características que nos ayudarán a poder disfrutar de una vida más sana.
Una vez tengamos clara esta parte, todo lo demás se volverá relativamente más fácil.
Como señalamos anteriormente, llevar una dieta saludable no significa tener que destinar más dinero a los comestibles. Todo se trata de saber dónde conseguir lo que necesitamos y cómo estirar al máximo nuestro presupuesto.
Si nos tomamos un tiempo para meditar este tema, nos daremos cuenta de que alimentarnos sanamente puede ayudarnos a ahorrar algo de dinero.