LA IMPORTANCIA DE UN PLAN ECONÓMICO
Como bien dice Humberto Petrei “el presupuesto es un punto de reunión de fuerzas de la sociedad” (Petrei, 1997) y, bajo este concepto, no podemos considerar el presupuesto como un instrumento meramente técnico, sino político, ya que se encuentra estrechamente relacionado con la política económica y la política en general. Por ello la importancia de concertar entre las partes, para lograr los resultados que sean de beneficio al pueblo, ya lo dije y lo sostengo, “O CONCERTAMOS O LA REGAMOS”. Para que un país funcione, los gobiernos requieren de los recursos necesarios para la ejecución de sus proyectos, pero estos fondos siempre deberán ser administrados con la transparencia que el pueblo demanda.
Uno de los objetivos principales que debería cumplir la política, es lograr el verdadero desarrollo económico y social de un país, es por esa razón, que se elaboran planes nacionales y sectoriales para financiar el desarrollo, ya que, es mediante la planificación económica que se trata de acelerar la tasa de crecimiento de un país, redistribuir los ingresos y elevar el nivel de vida de los pueblos. Se busca lograr metas de empleo, facilitar la movilidad social y evitar presiones al Estado manteniendo el endeudamiento externo dentro de cifras manejables.
De acuerdo con la CEPAL, el diseño institucional en el campo fiscal debe responder a tres objetivos: El primero, se refiere a la necesidad ineludible de que los niveles de ingresos y gastos sean conducentes al equilibrio macroeconómico y el crecimiento, el segundo, al que se refiere prioritariamente este trabajo, supone la capacidad de garantizar que el uso de los recursos públicos se corresponda con los planes y prioridades de gobierno que surgen del proceso democrático; y, el tercero, demanda el uso eficiente de esos recursos. (CEPAL, 1998).
En efecto, esta función de planificación es competencia del Ministerio de Hacienda, es decir, esta planificación proviene del organismo que por definición tiene como propósito fundamental el cumplimiento de que los niveles de ingresos y gastos sean conducentes al equilibrio macroeconómico y el crecimiento. Las políticas de ingresos y de gasto públicos deberán considerar el piso mínimo del bienestar, el gasto social y la inversión privada, que al encontrarse en equilibrio se traduce en crecimiento económico, de allí, que el presupuesto debe tener un enfoque integral (que incluye ingresos y gastos), y esto tiene un papel clave en la determinación de desarrollo que adopte un país.