Nelson Polanco Alas, asesor jurídico, candidato a diputado suplente.
Los dioses del Olimpo son seres mitológicos que respondían a las plegarias de los mortales seres humanos cuando les ofrecían sacrificios y ofrendas. En El Salvador, la Corte Suprema de Justicia es la autoridad máxima para impartir justicia, pero tal parece que los casos son resueltos en un corto plazo únicamente cuando “hay intereses particulares o cuando son cercanos a los magistrados”, la Sala siempre ha manifestado que cuentan con poco personal y que tienen muchos casos que analizar y resolver, pero, será que es excusa o realidad. La misma jurisprudencia ha determinado que el derecho de respuesta debe ser oportuno, de modo que tenga la eficacia requerida, pero la institución que vela por que este derecho sea cumplido y es quien mas lo incumple.
Las resoluciones de la Sala por lo general son resueltas con un plazo excesivamente extenso, algunos casos tardan años y años, y los afectados siguen sin obtener la tan anhelada justicia. Por otra parte, también nos encontramos con que la jurisprudencia cambia según cambian los magistrados en turno, de modo, que lo que antes fue declarado “ha lugar”, posiblemente esta sala o la próxima podrá declararlo “no ha lugar”.
La cereza del pastel la ponen cuando la CSJ resuelve que el impuesto CESC es inconstitucional por no cumplir con las características de una Contribución Especial, sino que, en realidad era un impuesto, lo que generaba una doble tributación puesto que ya el pueblo paga impuestos a la transferencia de bienes y servicios. Pero, la Sala emite resolución cuando la vigencia de la ley ya esta por caducar, y todavía se dice que le da un periodo adicional de vigencia hasta el 5 de noviembre. ¿Y el dinero del pueblo? La Sala indica que todo el dinero que fue pagado por el CESC no será devuelto, es decir, los salvadoreños pagamos doble tributación por 5 años a un tributo inconstitucional, y la CSJ ha determinado que el dinero que se pago no debe ser devuelto. Y que decir del 9F, donde la fuerza armada irrumpe en las instalaciones de la Asamblea Legislativa por un llamado inconstitucional a sesionar del presidente, pero de igual forma la resolución tarda meses en salir.
Y esto es peor para los salvadoreños mortales con pocos recursos, que han ingresado inconstitucionalidades y amparos clamando justicia, al parecer los dioses esperan sacrificios u ofrendas para dar pronta respuesta al clamor del pueblo. ¿Hasta cuando podremos esperar que las instituciones cumplan su labor con la eficiencia y eficacia que se merece? Este país esta destinado a vivir de las migas de justicia que salen del Olimpo, donde solo aquel que tiene acceso a los dioses puede esperar que su caso sea resuelto como debe ser. Solo nos queda clamar por la Justicia de Dios, y que él nos ampare ante la agobiante situación que parece no tener pronta salida.
