El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) indicó recientemente que el oleaje en las costas salvadoreñas regresó a la normalidad, no obstante advirtieron sobre las corrientes de retorno también llamadas de resaca.
El meteorólogo de Medio Ambiente, William Abarca, explicó cuanto a este último fenómeno de corrientes de retorno en el mar.
“En cuanto a las condiciones marinas, gradualmente, hemos retornado a las condiciones de oleaje normales en nuestras costas, sin embargo, la precaución siempre por las corrientes de retorno que son permanentes en todas nuestras playas”, expresó Abarca, a través de X antes Twitter.
Según se conoce las autoridades mantienen la alerta amarilla en los 29 municipios de la zona costera.
El fuerte oleaje que fue presenciado por distintas personas a lo largo de algunas costas del país se presentó el sábado anterior, causando daños en el muelle pesquero del Puerto de la Libertad, por ejemplo e inhabilitándolo por el momento. También dejo saldo humano en el que una persona fue reportada como fallecida en una playa del país que se trató de un joven que viajó a las costas del país con un grupo familiar y a causa del alcohol como el fuerte oleaje fue rescatado por guardavidas, aunque, lamentablemente ya había fallecido ahogado. Se trato de un joven de 23 años llamado Henry Rivas originario de Soyapango.
Retomando a la coyuntura actual, el oleaje del sábado fue causado por tormentas extratropicales en la Antártida.
En un ambito más comercial los pescadores dejaron de trabajar desde ese día y esperan que las autoridades remuevan la alerta, para volver a lanzar sus redes al mar.
Así mismo en daños materiales se conoce que el fenómeno causó inundaciones y dejó daños en las casas de al menos 10 playas, como el caso de los habitantes de la playa El Zonte, donde el agua rompió puertas y arrastró basura a las casas de las familias.
En cuanto a las corrientes de retorno están se originan por el flujo de agua que corre rápida y perpendicularmente desde la costa en dirección mar adentro. Constituyen uno de los principales riesgos para los usuarios de las playas que pueden ser arrastrados lentamente hasta aguas profundas.