Hijo de inmigrantes japoneses, Içami Tiba, se graduó en medicina por la Universidad de São Paulo y se especializó en psiquiatría en el Hospital de Clínicas.
Fue psiquiatra, columnista, conferencista y escritor de más de 40 libros sobre educación familiar y escolar. Impartió cursos en Brasil y en el exterior. Sus obras se han convertido en referencias a educadores, otros psicólogos, psiquiatras e incluso familias.
El libro «Padres y educadores de alto rendimiento» es un libro de Içami Tiba sobre la educación de niños y jóvenes. En él, Içami reflexiona sobre cómo los padres que no definen límites y reglas para sus hijos terminan criando adultos que serán apoyados por el resto de sus vidas.
A continuación, te mostramos 31 frases creadas por Içami para que los padres se cuestionen si están criando hijos sin límites:
- Resolver por el niño lo que él pueda hacer por sí mismo.
- No penalizar el Incumplimiento de las obligaciones.
- Pasar contratiempos, respuestas groseras, falta de respeto a los demás.
- Permitir que el niño imponga sus deseos inapropiados a todos.
- Estar de acuerdo con todo lo que hace y dice el niño para no molestarlo.
- Creer que «el niño no miente» o «ni siquiera sabe lo que hace».
- Permitir que el niño gaste el dinero del almuerzo en otras cosas.
- Asumir la responsabilidad de lo que hace su hijo.
- Hacer silencio cuando se da cuenta de que el niño ha falsificado la firma de sus padres.
- Repetir la misma orden muchas veces.
- Dar bofetadas o “palizas pedagógicas”.
- Conspirar con su delincuencia.
- Aceptare bajas calificaciones y tareas hechas sin empeño.
- Subcontratar la educación de los niños.
- Ignorar la basura que tiró el niño al piso.
- Permitir que los niños en el hogar hagan lo que no deberían hacer en el entorno social.
- Animarse a aprovechar personalmente cualquier ventaja que tenga.
- Justificar los fracasos de los niños como errores de otros.
- Tolerar mentiras, traiciones, pequeños robos, etc.
- Minimizar el cumplimiento de las reglas, órdenes y establecidas.
- Inventar excusas para sus propios errores.
- Cambiar las reglas existentes para favorecer a los niños.
- Permitirles probar drogas.
- Fingir que no notó la ingratitud y el abuso
- que cometieron sus hijos.
- Instigar superioridad religiosa, económica, familiar, etc.
- Divide el mundo en gente inteligente y tonta.
- Ser cómplice o colusión en las transgresiones y faltas de los hijos.
- Colocar a su hijo por encima de todo y de todos.
- Ayudar al niño a “saltarse” las pruebas.
- Hacer la tarea de su hijo.
- Amenazar o agredir a los maestros o padres de los amigos de sus hijos por errores que son de ellos.
Después de comparar estos comportamientos con tu vida cotidiana, ¿a qué conclusiones has llegado? ¿Cómo estás desempeñando tu papel en la crianza de tus hijos?