El Salvador se enfrenta a una crisis de cuidados que afecta a su población en múltiples niveles, según advirtió la Red por la Corresponsabilidad de los Cuidados en una declaración emitida este miércoles. A pesar de la aprobación en 2023 de una Política Nacional de los Cuidados, la falta de asignación presupuestaria para su ejecución ha dejado a la población en una situación vulnerable y sin acceso adecuado a servicios de cuidado.
Julia Evelyn Martínez, economista y miembro destacado de la red, describió la gravedad de la situación, señalando que una gran parte de la población salvadoreña carece de cuidados suficientes y de calidad a lo largo de sus vidas. Con datos oficiales, Martínez ilustró la magnitud del problema: uno de cada cuatro niños y niñas está en situación de abandono, mientras que el 80 % de los adultos mayores se ven obligados a trabajar debido a la falta de una pensión de vejez. Además, casi tres millones de personas enfrentan una emergencia alimentaria.
Aunque se ha reconocido el avance significativo con la aprobación de la Política Nacional de Corresponsabilidad de Cuidados, la falta de asignación presupuestaria para el año 2024 ha dejado a esta política en un limbo, sin recursos para su implementación efectiva. Martínez hizo un llamado urgente a la acción, instando a la sociedad a presionar al gobierno para que traduzca esta política en acciones tangibles.
Carmen Urquilla, otra integrante de la red, resaltó la ausencia de una institución encargada de regular los cuidados, señalando que el Instituto Salvadoreño de la Mujer (ISDEMU) debería desempeñar un papel central en este aspecto. Sin embargo, Urquilla expresó su preocupación por la disminución del rol del ISDEMU en los últimos años, exacerbando aún más la crisis de cuidados en el país.
En una visita reciente a El Salvador, Cecilia Alemany, directora regional adjunta de la Oficina de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe, destacó la falta de políticas efectivas para redistribuir las responsabilidades de cuidado en los hogares. Alemany calificó a El Salvador como uno de los países más rezagados de la región en este aspecto, subrayando la necesidad urgente de reconocer el cuidado como un trabajo esencial y garantizar su acceso equitativo para todos los ciudadanos.
