La reciente visita del presidente ruso Vladimir Putin a Corea del Norte ha captado la atención global, destacando la estrecha relación entre Putin y el líder norcoreano Kim Jong-un, la cual ha generado preocupación en Occidente. Durante la reunión en Pyongyang, ambos líderes firmaron un pacto que compromete a sus países a una “asistencia mutua en caso de agresión”, según informes de medios estatales rusos.

Kim Jong-un ha elogiado a Rusia como su “amigo y aliado más honesto”, mientras que Putin ha descrito el acuerdo como de naturaleza “defensiva y pacífica”, enfatizando el derecho de Corea del Norte a defenderse. Este pacto ha elevado la cooperación militar entre ambas naciones a un “nuevo nivel de alianza”, según declaraciones del líder norcoreano.

A pesar de las afirmaciones de ambos líderes sobre la naturaleza defensiva del acuerdo, expertos han expresado preocupación y han cuestionado su impacto en asuntos internacionales clave, incluida la guerra en Ucrania. Analistas destacan que el pacto podría intensificar la interdependencia entre Corea del Norte y Rusia, profundizando las tensiones con Occidente y preocupando a China.

La llegada de Vladimir Putin fue acogida con una ceremonia ostentosa en Pyongyang, destacando la importancia simbólica y estratégica de esta colaboración en un período de incertidumbre económica y política para Corea del Norte. Putin, por su parte, obsequió a Kim Jong-un un automóvil Aurus, una daga de almirante y un juego de té como símbolos de amistad y el fortalecimiento de los vínculos personales entre ambos líderes.