El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió este lunes su decisión de desplegar a la Guardia Nacional en Los Ángeles, afirmando que dicha medida “salvó a la ciudad de ser completamente destruida” tras los disturbios registrados durante el fin de semana. La decisión ha provocado una fuerte reacción por parte de las autoridades de California, quienes anunciaron una demanda contra el mandatario por considerar el despliegue como “ilegal”.

Según el presidente, el envío de tropas federales fue una respuesta necesaria ante lo que calificó como “violentos disturbios” vinculados a las protestas contra redadas migratorias. “De no haberlo hecho, Los Ángeles habría quedado completamente destruida”, aseguró en su red Truth Social. Trump también acusó al gobernador de California, Gavin Newsom, y a la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, de “minimizar” la gravedad de las protestas y mentirle al pueblo estadounidense.

Las manifestaciones, que comenzaron de manera pacífica, escalaron en enfrentamientos con agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) y la policía, dejando más de 100 personas arrestadas. De acuerdo con imágenes de seguridad, un agente federal respondió a un asalto con 11 disparos, lo que intensificó las tensiones.

El fiscal general de California, Rob Bonta, informó que junto con el gobernador Newsom presentarán una demanda para anular la orden presidencial. “La decisión de federalizar la Guardia Nacional sin el consentimiento estatal viola la Décima Enmienda y constituye un abuso de poder federal”, señaló Bonta.

Esta es la primera vez desde 1965 que un presidente de EE.UU. despliega tropas estatales sin una solicitud expresa del gobernador, lo que ha sido calificado como un grave precedente. Newsom advirtió que la orden de Trump “permite intervenir en cualquier estado sin autorización local”.

Por su parte, la Casa Blanca respaldó la medida. La portavoz Karoline Leavitt criticó la “débil” respuesta de Newsom, asegurando que “los agentes federales fueron atacados por radicales mientras el gobernador no hacía nada”. Indicó además que el propio jefe de Policía de Los Ángeles reconoció que los disturbios estaban fuera de control.

Durante la madrugada del lunes, el Pentágono confirmó el despliegue de un batallón de la Infantería de Marina para reforzar a los 2.000 soldados de la Guardia Nacional ya presentes en la ciudad. El Departamento de Seguridad Nacional justificó la acción afirmando que buscan “proteger a los ciudadanos de inmigrantes ilegales delincuentes”.

El ambiente en Los Ángeles continúa tenso. La policía local declaró el centro de la ciudad como “zona de asamblea ilegal” y se esperan nuevas protestas en las próximas horas, mientras la acción de Trump divide opiniones en el país y enfrenta un nuevo reto legal en los tribunales.