La tensión entre Estados Unidos y Brasil aumentó ayer luego de que el presidente Donald Trump firmara un decreto que oficializa un incremento del 50 % en los aranceles y sanciones contra un juez involucrado en el proceso judicial contra el expresidente brasileño Jair Bolsonaro.

Aunque, en teoría, aún continúan las negociaciones entre la administración de Trump y el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva para evitar la implementación de los nuevos aranceles, todo indica que el diálogo está estancado.

La fecha límite para alcanzar un acuerdo es el 1.º de agosto, momento en que entrarían en vigor los nuevos impuestos comerciales aplicables a múltiples países. Esta fecha fue señalada por Trump en una carta enviada a Lula a inicios de julio, aunque no aparece mencionada en el decreto oficial firmado ayer.

Según un comunicado de la Casa Blanca, Trump considera que el gobierno de Lula representa “una amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad nacional, la economía y la política exterior de EE. UU. Por ello, anunció un aumento adicional de 40 puntos porcentuales en los aranceles a productos brasileños, elevándolos al 50 %.

El gobierno estadounidense también acusó a Brasil de violaciones graves a los derechos humanos por presuntamente perseguir, intimidar y enjuiciar con motivaciones políticas a Bolsonaro y a miles de sus simpatizantes, lo que, según Washington, debilita el Estado de derecho en el país sudamericano.

Trump ha expresado su respaldo a Bolsonaro, a quien considera víctima de una “persecución política”, y lo ha defendido públicamente desde hace meses. Incluso publicó una carta en Truth Social poco después de la enviada a Lula, en la que lo elogiaba y pedía un cambio de rumbo para Brasil.