El supertifón Ragasa, tocó tierra el lunes en el norte de Filipinas, dejando un saldo preliminar de tres personas fallecidas, nueve heridas y cinco desaparecidas, según reportó este martes el Consejo Nacional de Gestión y Reducción de Riesgo de Desastres (NDRRMC).

La tormenta obligó a evacuar a más de 17,500 personas, además de causar inundaciones, deslizamientos de tierra y serios daños en viviendas e infraestructuras.

En Hong Kong, las autoridades ordenaron el cierre de escuelas, cancelación de vuelos y emitieron alertas por lo que podría ser uno de los tifones más destructivos en la historia reciente de la ciudad, que alberga a más de 7,5 millones de habitantes.

Eric Chan, vicejefe del Ejecutivo local, comparó la amenaza de Ragasa con los devastadores tifones Hato (2017) y Mangkhut (2018).

La ciudad de Shenzhen, junto a otras diez localidades del sur chino, también ha paralizado actividades, suspendido clases y ordenado a las empresas cerrar operaciones preventivamente ante el avance del ciclón.

Finalmente, el supertifón Ragasa continúa siendo monitoreado por agencias meteorológicas de Asia, mientras millones de personas permanecen bajo alerta ante el riesgo de impactos severos en las próximas horas.