A 36 años del Caracazo, la ONG Provea denunció este jueves que las violaciones a los derechos humanos en Venezuela continúan, al igual que la impunidad en los casos de represión estatal, tanto en el pasado como en el presente.

A través de su cuenta en X, la organización calificó el Caracazo como una “explosión social” que dejó cientos de muertos, decenas de heridos y víctimas de la represión del Estado venezolano. “A 36 años continúa el terror de violaciones a los derechos humanos en Venezuela”, afirmó Provea en su publicación.

Capriles: “Las condiciones en Venezuela son peores que en 1989”

Por su parte, el líder opositor y dos veces candidato presidencial, Henrique Capriles, aseguró que la crisis que enfrenta el país en 2025 supera en gravedad a la de 1989, cuando ocurrió el estallido social.

“Peores en lo económico, en lo social y en lo político”, expresó Capriles en X, subrayando que la falta de oportunidades ha obligado a millones de venezolanos a emigrar. “El sueño de un país mejor sigue vivo en quienes permanecemos aquí y en quienes han partido en busca de oportunidades”, agregó.

El Caracazo: una revuelta histórica con víctimas aún no cuantificadas

El Caracazo, ocurrido el 27 de febrero de 1989, comenzó con protestas en Guarenas, estado Miranda, y rápidamente se extendió a las barriadas más pobres de Caracas. La revuelta surgió en rechazo a un paquete de ajustes económicos, que incluía el aumento del precio de la gasolina y de las tarifas de transporte, como parte de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) bajo el mandato del entonces presidente Carlos Andrés Pérez.

La respuesta del gobierno fue una represión militar y policial, que dejó un saldo de muertos aún indeterminado. Según cifras oficiales de la época y posteriores, las víctimas mortales oscilaron entre 300 y 3,000.

A pesar del tiempo transcurrido, el Caracazo sigue siendo un símbolo del descontento popular y la violencia estatal en Venezuela, un episodio que, según denuncias de organismos de derechos humanos, aún no ha recibido la justicia que merece.