En toda Europa, la comunidad agrícola ha iniciado un movimiento de protesta contra las políticas agrícolas de la Unión Europea (UE) que, según las organizaciones convocantes, están llevando al sector al borde de la ruina. Países como Alemania, Polonia, Francia y Holanda han sido escenario de importantes movilizaciones. Los agricultores denuncian que las políticas diseñadas en Bruselas, bajo el pretexto del ecologismo, eliminan subvenciones al diésel agrícola y ayudas fiscales al impuesto de circulación de vehículos agrícolas.

En España, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) se suma al descontento, anunciando un calendario de movilizaciones a partir del 1 de febrero. Critican la imposición de un ecologismo radical y exigen que el sector agrario levante la voz contra unas políticas que, según ellos, están “mandando a la ruina” al sector.

Los agricultores defienden su papel como “ecologistas de verdad”, cuidando el paisaje y suministrando alimentos frescos, sanos y seguros, mientras llaman a potenciar el producto nacional y reflexionar sobre las políticas europeas.

En Francia, cientos de agricultores han llevado sus protestas a las carreteras y autovías, denunciando la competencia desleal de extranjeros.

En el centro de las críticas está la Política Agrícola Común (PAC) de la UE, que, según los agricultores, beneficia principalmente a latifundistas y perjudica la capacidad productiva y la soberanía alimentaria de los países afectados. La protesta agrícola europea exige una revisión profunda de estas políticas que, a su juicio, están equivocadas.