Presidente panameño anuncia multas hasta $5.000 a migrantes ilegales
Ayer el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, anunció que se multará a las personas que entren al país violando las leyes migratorias.
Mulino informó que “toda persona que ingrese al país (Panamá), extranjero, violando los puestos de control migratorio, terrestres, aéreos o marítimos, será multada con un monto posible entre $1.000 dólares y $5.000 dólares, según la gravedad de la infracción”.
Las multas están fijadas en un decreto emitido el 25 de octubre por el Ministerio de Seguridad y publicado en la Gaceta Oficial. En el artículo uno, la ley establece que las multas deberán ser canceladas por las personas antes de abandonar el país y, de no contar con los recursos necesarios serán deportadas.
Los montos de las multas son menores para las personas que ingresan por la selva del Darién, “tomando en consideración las condiciones especiales de vulnerabilidad en que se encuentran”, según el artículo dos del decreto. En esos casos serán de 300 dólares la primera vez que ingresen ilegalmente al país, $600 la segunda, $900 la tercera y ya a partir de las siguientes, de $1.000.
El Darién es la selva que conecta a Suramérica con Norteamérica, lo que la convirtió en un corredor para las personas migrantes que desde Sudamérica tratan de llegar a Estados Unidos a través de Centroamérica. La gran mayoría de personas que intentan cruzar son venezolanas, colombianas, ecuatorianas, haitianas y chinas.
Por lo que Panamá enfrenta desde 2023 una masiva entrada de migrantes indocumentados por el Darién. El Servicio Nacional de Migración (SNM) informó que las entradas de migrantes en 2024 son de 284.838 personas, con una disminución del 37% en comparación con el año 2023.
¿Qué sucede en el Darién?
Las personas que atraviesan la jungla enfrentan peligros como animales salvajes, inclemencias del clima y bandas criminales. Muchas llegan heridas y sin dinero a los puestos de control panameños.
El Gobierno de Panamá inició un programa, financiado por Estados Unidos, para deportar a quienes cruzan el Darién. Con esta medida, Mulino estima una disminución de la cantidad de migrantes, que en su mayoría busca llegar a Estados Unidos.