La Fiscalía ecuatoriana ha encontrado indicios que podrían vincular a Verónica Abad, vicepresidenta del país, en un caso de corrupción relacionado con su hijo. El fiscal Carlos Alarcón ha solicitado que el Congreso continúe la investigación, mientras que el presidente Daniel Noboa busca la destitución de Abad para evitar cederle el poder en caso de su renuncia para presentarse a la reelección en 2025.

La investigación se inició hace tres meses cuando la Fiscalía allanó las oficinas de la Vicepresidencia y las de Sebastián Barreiro Abad, hijo de la vicepresidenta, por presunto tráfico de influencias. Aunque Barreiro fue liberado bajo fianza, el caso ha tomado un nuevo rumbo con los indicios de la participación de Abad.

La decisión de continuar con la investigación ahora recae en la fiscal del Estado, Diana Salazar, quien deberá solicitar autorización al Legislativo para proceder con un posible juicio penal contra la vicepresidenta. Sin embargo, Abad cuenta con cierto respaldo en la Asamblea, donde se ha configurado un bloque de oposición al Gobierno de Noboa.

El presidente también ha explorado otras vías para evitar el ascenso de Abad al poder, como denuncias por campaña anticipada y la posibilidad de que él mismo se quede sin sueldo pero conserve el cargo durante la campaña electoral, aunque esta última opción está sujeta a la normativa ecuatoriana que prohíbe a funcionarios públicos ejercer el cargo durante la campaña.