Este domingo, los mexicanos se preparan para una cita histórica: elegir por primera vez a una mujer como presidenta en un país marcado por la violencia del narcotráfico y de género.

Claudia Sheinbaum, de 61 años, exalcaldesa de Ciudad de México y respaldada por el mandatario saliente, Andrés Manuel López Obrador, es la favorita para liderar el país hasta 2030. Su rival, Xóchitl Gálvez, senadora y empresaria de raíces indígenas, también de 61 años, está en segundo lugar en las encuestas.

Con un 53% de apoyo, Sheinbaum lidera la intención de voto, mientras que Gálvez cuenta con un 36%, según los últimos sondeos.

La llegada de una mujer al poder en un país marcado por la tradición machista y la violencia de género sería un gran cambio, según Guadalupe Correa-Cabrera, profesora de la Universidad George Mason en Estados Unidos. En 2023, México registró más de 850 feminicidios.

Unos 100 millones de mexicanos están habilitados para votar en esta elección a una sola vuelta. Más de 20.000 cargos, incluidos el Congreso y nueve de 32 gobernaciones, están en disputa en unos comicios ensombrecidos por el asesinato de más de 20 aspirantes a puestos locales, según el gobierno.

Sheinbaum ha basado su campaña en la promesa de preservar el legado de López Obrador, cuya aprobación ronda el 66%. Durante su mandato, millones de personas salieron de la pobreza. “Vamos a hacer historia”, afirmó Sheinbaum al cerrar su campaña.

En contraste, Gálvez centró su campaña en la recuperación de la seguridad, criticando la tolerancia de AMLO hacia los cárteles. Respaldada por una coalición de partidos tradicionales, prometió “traer vida donde hoy se pasea la muerte”.

México enfrenta retos importantes, como la expansión del crimen organizado, el mantenimiento de programas sociales y la relación con Estados Unidos. La izquierda busca ampliar su mayoría en el Congreso para aprobar una polémica reforma a la justicia y conservar la alcaldía de Ciudad de México.