El estado de Florida ejecutó el miércoles 17 de septiembre a David Pittman, de 63 años, condenado por un triple asesinato cometido en 1990, en lo que representa la doceava ejecución del año en ese Estado.

Desde que la Corte Suprema de Estados Unidos restableció la pena capital en 1976, el máximo anual de ejecuciones en Florida había sido de ocho, registrado en 2014. En 2025, la cifra ya asciende a 12, superando a todos los demás estados, incluidos Texas y Carolina del Sur, que llevan cuatro ejecuciones cada uno.

Este repunte ha estado respaldado por la política del gobernador Ron DeSantis, quien hasta ahora ha aprobado un total de 14 ejecuciones para este año.

Por otro lado, el caso de David Pittman se remonta a 1990, cuando fue declarado culpable del asesinato de tres miembros de la familia Knowles, entre ellos la hermana de su exesposa y sus padres, en el condado de Polk.

Su defensa legal había intentado detener la ejecución, argumentando que Pittman padecía una discapacidad intelectual que lo hacía inelegible para la pena de muerte bajo la Constitución estadounidense. Sin embargo, las apelaciones fueron rechazadas tanto por la Corte Suprema de Florida como por la Corte Suprema de EE. UU.

A nivel nacional, ya se han ejecutado 31 personas en EE. UU. en 2025, lo que representa la cifra más alta en más de una década, en medio de un contexto de renovado debate sobre la pena de muerte.