El príncipe saudí Al-Waleed bin Khaled bin Talal Al Saud, conocido como el “Príncipe durmiente”, falleció tras permanecer en coma durante dos décadas, según informaron medios locales.

Al-Waleed sufrió un grave accidente automovilístico en 2005, a los 18 años, mientras estudiaba en una academia militar.

Desde entonces, permaneció en estado vegetativo, bajo el cuidado constante de su familia, especialmente de su padre, el príncipe Khaled bin Talal, quien mantuvo la esperanza de una eventual recuperación.

Durante años, el caso del príncipe atrajo atención en el mundo árabe y generó amplio debate sobre los límites del soporte vital prolongado.

Imágenes y videos de su estado fueron compartidos públicamente, y algunos leves movimientos, como pestañeos o intentos de levantar una mano, renovaban de vez en cuando la esperanza de su familia y seguidores.

El caso fue considerado por sus allegados como un tema de fe, por lo que decidieron mantenerlo con vida mediante atención médica especializada hasta su fallecimiento.

Al-Waleed pertenecía a una rama influyente de la familia real saudita; su tío, el príncipe Al-Waleed bin Talal, es un destacado empresario y figura clave en la economía del país.