La fuerza mercenaria rebelde Wagner amenazó con marchar sobre Moscú el sábado antes de anunciar una sorprendente retirada, mientras Kiev aprovechaba el caos para lanzar nuevos ataques contra las posiciones rusas en Ucrania.
El ejército privado de Wagner capturó un cuartel militar clave en el sur de Rusia y envió una fuerza al norte para amenazar la capital, desafiando la advertencia de guerra civil del jefe del Kremlin, Vladimir Putin.
Pero en medio de la crisis de seguridad más grave de Rusia en décadas, el jefe de Wagner, Yevgeny Prigozhin, hizo un anuncio sorpresa, diciendo que sus tropas retrocedían para evitar un derramamiento de sangre en la capital rusa.
“Estamos dando la vuelta a nuestras columnas y regresando a los campamentos”, anunció Prigozhin después de prometer previamente marchar sobre Moscú para derrocar al liderazgo militar.
Dijo que entendió la importancia del momento y que no quería “derramar sangre rusa”.
El líder bielorruso, Alexander Lukashenko, dijo que había negociado una tregua con Prigozhin “para detener el movimiento de personas armadas del grupo Wagner en territorio ruso y dar más pasos para reducir las tensiones”.
Kiev se deleitaba en el caos, cuando el exaliado mercenario de Putin, Prigozhin, apartó a su fuerza Wagner de la ofensiva contra Ucrania y amenazó con derrocar a los jefes militares de Rusia.
“El hombre del Kremlin obviamente está muy asustado y probablemente se esté escondiendo en alguna parte”, dijo el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, en su discurso diario, y agregó que Putin “ha creado esta amenaza él mismo”.
Por separado, el viceministro de defensa de Ucrania, Ganna Malyar, anunció que las fuerzas ucranianas habían ganado más terreno en la región oriental de Donbas, lanzando nuevas contraofensivas en varias áreas.
El portavoz de Putin insistió en que el líder ruso todavía estaba trabajando en el Kremlin y no había huido de Moscú.
– Sangre rusa
Antes del aparente descenso de Prigozhin, las fuerzas regulares rusas habían lanzado lo que un gobernador regional llamó una “operación antiterrorista” para detener el avance de Wagner hacia el norte por una carretera principal hacia Moscú.
El gobernador de la región de Lipetsk, cuya capital está a solo 420 kilómetros (260 millas) al sur de Moscú, dijo que la fuerza militar privada de Wagner estaba “atravesando” el territorio e instó a los civiles a no abandonar sus hogares.
En la capital, el alcalde instó a los moscovitas a permanecer en sus casas y declaró el lunes día libre.
“La situación es difícil. Les pido que se abstengan de viajar por la ciudad tanto como sea posible”, dijo el alcalde Sergei Sobyanin en un comunicado, advirtiendo sobre posibles cierres de carreteras.
Prigozhin dijo que sus tropas tomaron el control del centro de comando militar y la base aérea en la ciudad sureña de Rostov-on-Don, el centro neurálgico de la ofensiva de Rusia en Ucrania.
“Llegamos a Rostov. Sin un solo disparo capturamos el edificio del cuartel general”, dijo, afirmando que los civiles locales dieron la bienvenida a la operación y prometiendo derrocar al mando militar de Rusia.
“¿Por qué el país nos apoya? Porque fuimos a una marcha de la justicia”, dijo, asegurando que sus hombres no habían matado a ningún soldado a pesar de haber sido alcanzados por ataques de “artillería y después de helicópteros” del ejército.
En respuesta al desafío en un discurso televisado, Putin acusó a Prigozhin, cuyo ejército privado proporcionó tropas de choque para la ofensiva de Moscú en Ucrania, de una “puñalada por la espalda” que representaba una amenaza para la supervivencia de Rusia.
– ‘Medidas duras’
“Cualquier agitación interna es una amenaza mortal para nuestro estado y para nosotros como nación. Esto es un golpe para Rusia y para nuestro pueblo”, dijo Putin, exigiendo la unidad nacional.
“Las ambiciones extravagantes y los intereses personales llevaron a la traición”, dijo Putin, refiriéndose a Prigozhin, quien comenzó a construir su base de poder como contratista de catering.
“Todos aquellos que conscientemente se pararon en el camino de la traición, que prepararon una rebelión armada, se pararon en el camino del chantaje y los métodos terroristas, sufrirán un castigo inevitable, ante la ley y ante nuestro pueblo”, prometió Putin.
Otro aliado de Putin, el hombre fuerte checheno Ramzan Kadyrov, declaró que había enviado sus propias unidades para ayudar a sofocar la rebelión de Wagner y advirtió: “La rebelión debe ser sofocada, y si son necesarias medidas duras, ¡estamos listos!”.
Letonia anunció que estaba reforzando la seguridad en su frontera rusa y que no admitiría refugiados que huyeran del caos.
– ‘Conflicto civil’
Después del discurso de Putin acusándolo de traición, Prigozhin lanzó una segunda andanada.
“Sobre la traición a la patria: el presidente está profundamente equivocado. Somos patriotas de nuestra patria”, dijo Prigozhin. “Nadie planea entregarse a pedido del presidente, el FSB o cualquier otra persona”.
Se habían visto combatientes Wagner armados desplegados alrededor de edificios administrativos en Rostov y tanques en el centro de la ciudad.
Mientras la fuerza de la insurrección se dirigía al norte a través de Voronezh y Lipetsk hacia Moscú, el alcalde de la capital anunció que se estaban tomando medidas “antiterroristas”.
Las instalaciones críticas estaban “bajo protección reforzada”, informó TASS, citando una fuente policial.
Si bien el equipo de Prigozhin luchó al frente de la ofensiva de Rusia en Ucrania, en los últimos meses se ha enzarzado en una amarga disputa con el liderazgo militar de Moscú.
En repetidas ocasiones ha culpado al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, ya Valery Gerasimov, jefe del estado mayor general, por la muerte de sus combatientes.