Ejecutan públicamente a Suleiman Hilal al-Assad, primo de Bashar al-Assad
La caída del régimen de Bashar al-Assad marca un hito con la ejecución de su primo en plena vía pública en Siria.
En un acto que ha generado conmoción mundial, Suleiman Hilal al-Assad, primo del derrocado presidente sirio Bashar al-Assad, fue ejecutado públicamente por fuerzas rebeldes en la localidad de Latakia, Siria. El evento, que tuvo lugar en medio de la inestabilidad política del país, se viralizó rápidamente a través de redes sociales debido a un video en el que se muestra el momento exacto de su muerte.
De acuerdo con medios locales, Suleiman fue golpeado hasta quedar semiinconsciente, lo que precedió a su ahorcamiento con una gruesa cuerda atada a una grúa. El cuerpo de al-Assad fue elevado por la cuerda, lo que provocó su estrangulamiento en la vía pública. Decenas de personas fueron testigos de la ejecución, un símbolo de la caída del régimen de su primo, Bashar al-Assad, quien fue derrocado tras años de conflicto.
Suleiman Hilal al-Assad había sido arrestado y encarcelado durante cinco años, tras ser acusado de asesinar a un militar del régimen en 2015. A pesar de haber estado detenido, su ejecución por parte de los rebeldes se produjo en un contexto de creciente descontrol en Siria. Los opositores habían consolidado el poder en varias regiones clave, lo que finalmente llevó a la caída de Damasco.
El acto se produce tras la toma de Damasco por las fuerzas rebeldes, quienes asaltaron el palacio presidencial y la residencia de Bashar al-Assad. Según fuentes rusas, el exdictador sirio, junto a su familia, logró escapar hacia Rusia, donde recibió asilo político. Sin embargo, su salida no detuvo los actos de represalia contra sus allegados.
Fin de una era en Siria
Con la huida de Bashar al-Assad, muchos consideran que la dictadura de la familia Assad ha llegado a su fin, después de más de cuatro décadas de dominio. El derrocamiento de la dinastía, que comenzó con Hafez al-Assad en 1970, marca el cierre de un ciclo de más de 50 años de opresión, desplazamiento forzado y crímenes de guerra.
“Después de 50 años de opresión, y 13 de crímenes y desplazamiento forzado, anunciamos hoy el fin de este período oscuro y el inicio de una nueva era para Siria”, declararon los líderes rebeldes en un comunicado, celebrando la caída del régimen y el inicio de un nuevo capítulo en la historia del país.
Durante su mandato, Bashar al-Assad utilizó una represión brutal contra las protestas de la Primavera Árabe en 2011, lo que derivó en una guerra civil devastadora. La contienda dejó cerca de medio millón de muertos y provocó el desplazamiento de más de 12 millones de personas, lo que desencadenó una crisis humanitaria sin precedentes en la región.